¿Hola, hola? ¿Está grabando? Bien: tres, dos, uno y...
¡Hola! Mi nombre es (T/N), y les hablo desde el bosque de mi ciudad; es medianoche, y creo que algo extraño está sucediendo aquí.
· · · ·
(T/N), una exploradora urbana, decide graba...
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Cuando llegaron a casa, (T/N) se estiró en el sofá.
—Tendré que acordarme de devolverle la ropa a Nami... —se miró. Estaba tan cansada que ya se cambiaría más tarde.
Kid se sentó en el suelo, delante del sofá. (T/N) lo miró.
—¿Sigues enfadada? —le preguntó, y la joven se irguió, sorprendida.
—N-no, no estaba enfadada —se sintió mal por haberle hecho pensar aquello a Kid. Espera, ¿se estaba sintiendo mal por un androide?
De repente se sintió extraña. Casi quiso reír. Es como si se hubiera olvidado de quién era Kid realmente. De qué era realmente. Suspiró.
—Gracias por ayudarme —susurró, sin mirarlo a los ojos. Intentó no reírse, tapándose la boca con la mano. Kid arqueó una ceja, y la joven acabó por reír—. ¿Viste la cara de Yonji cuando estaba en el suelo? —se estiró en el sofá y lo imitó, actuando como un borracho adolorido, y volvió a reír, secándose una lágrima.
Kid acabó por reír también, negando con la cabeza.
—Mira que eres estúpida —rodeó el cuello de (T/N) con su brazo, fingiendo hacerle una llave, y ella le siguió el juego.
—¡Oh, no! ¡Piedad! —rio—. ¡Perdóneme la vida!
Kid se detuvo cuando vio el rostro sonriente de (T/N), libre de preocupaciones. Le gustaba mucho más cuando ella estaba contenta. La mirada asustada que tenía frente a Yonji en la fiesta no le quedaba bien, a los ojos del androide. Cuando ella lucía feliz, sentía que había hecho un buen trabajo. Algo dentro de él quería seguir haciéndola feliz. Era como si sus circuitos echaran chispas y enviaran una alerta a su sistema nervioso. ¿Una alerta de qué? ¿De algo que no debería estar sucediendo en sus sistemas?
—Kid, ¿todo bien? —preguntó (T/N), su sonrisa aún en sus labios. Kid giró la cabeza y contestó rápidamente.
—Sí.
—¿Estás rojo? —se sorprendió, intentando acercarse a su rostro, pero Kid le daba la espalda.
—Los androides no tenemos vergüenza ni nos sonrojamos...
Kid se giró y miró a (T/N) para demostrárselo.
—¡PERO SI PARECES UN TOMATE!
Mierda, pues sí que se había sonrojado.
—No sé de qué me hablas —intentó disimular Kid, con un sonrojo que iba desde sus mejillas hasta sus orejas. (T/N) arqueó una ceja, pero decidió dejarlo estar.
—Claro, lo que tú digas. Cuidado de no sobrecalentar tus circuitos —bromeó—. Voy a irme a dormir.
—¿Te olvidas de tu investigación? —le recordó, y (T/N) puso los ojos en blanco mientras subía las escaleras.
