¿Hola, hola? ¿Está grabando? Bien: tres, dos, uno y...
¡Hola! Mi nombre es (T/N), y les hablo desde el bosque de mi ciudad; es medianoche, y creo que algo extraño está sucediendo aquí.
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(T/N), una exploradora urbana, decide graba...
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Por fin viernes. El día siguiente sería la fiesta de Nami y, por algún motivo, (T/N) se notaba menos emocionada que en otras ocasiones. Debe ser el cansancio, pensó.
Ya habían vuelto de la universidad, y (T/N) estaba investigando sobre el departamento de policía y el laboratorio. ¿Habría alguna relación entre ellos? Era la única pista fiable que tenían por el momento.
Pero, como se imaginaba, no encontró nada útil en internet.
Ahora entendía por qué los profesores insistían tanto en no consultar la Wikipedia para los trabajos. No es como si fuera a dejar de hacerlo, de todas formas.
—¿Nada? —preguntó Kid.
—Nada —corroboró ella. Bostezó y siguió hablando—. Creo que continuaré el domingo si no acabo muerta tras la fiesta —se levantó del escritorio y estiró sus músculos.
—¿No que el domingo no se trabajaba? —bromeó.
—Cierto. Entonces el lunes —bromeó de vuelta, y Kid puso los ojos en blanco, cerrando el libro de robótica de la universidad de (T/N) que había tomado prestado para leer.
La joven tenía algo de envidia de que pudiera escanear cualquier cosa con sus ojos de color ámbar y memorizarlo todo a la perfección. Ojalá tener un poder así...
—Voy a hacer algo de cena, ¿te traigo un bol con tornillos y pilas?
—¿No te cansas de burlarte de mí?
—Lo mismo te pregunto —acabó por reír mientras se dirigía a la cocina, y Kid la siguió.
—Oye... —comenzó el pelirrojo.
—¿Sí? —tomó una sartén.
—¿Qué se hace en una fiesta? —(T/N) se giró, algo sorprendida por la pregunta. ¿Estaba preocupado por lo de mañana? Resultó hasta adorable.
—Vaya, vaya, así que no lo sabes todo —continuó cocinando—. Permíteme que te enseñe sobre el mundo de las fiestas —anunció como si fuera un presentador—. Bueno, las fiestas de Nami son... normales. En comparación con otras fiestas de otros estudiantes de la universidad —le vino a la mente una anécdota que contaban los estudiantes de otros cursos.
Al parecer, los hermanos de Sanji, Niji y Yonji, celebraron una fiesta en la residencia de estudiantes, se esparció la noticia y gente de fuera de la universidad de coló. Aún no saben de dónde salió la familia de mapaches que encontraron en la alacena al día siguiente. En comparación, las fiestas de Nami eran mucho más calmadas.
—La gente simplemente baila con la música, bebe, come, charla... —enumeró mientras dirigía la vista al techo—. Algunos también intentan ligar y tener un lío de una noche —rio.
