El inicio

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*NARRA____*

Despierto de un salto, joder. Mi corazón va a mil por horas, trato de olvidar tal pesadilla sangrienta. Miro a mi alrededor, bien sigo en el puto avión.

Al llegar al aeropuerto de la cuidad de los santos me doy cuenta que estoy demasiado lejos del centro. Mierda. Tendré que robar un coche, no sería la mejor forma de empezar en la cuidad... Pero mi misión es una.

Tomó "prestado" un auto que estaba aparcado, no llama mucho la atención.

Recuerdo los entrenamientos y logro arrancar el coche cruzando unos cables.

Llegando al centro de los santos empiezo a tantear el terreno a observar rostros, paso por varios locales.

Freno de golpe cuando un patrulla se cruza en mi carril para arrancar con otra detrás, parece una persecución. Vale los polis son activos, en Nueva York hasta ellos te robaban, suerte que yo se defenderme.

Alquile un piso de media, esto solo será temporal.

Me encamine al baño, me mire en el espejo tenía unas grandes ojeras por la falta de sueño, estaba delgada por la falta de apetito. Tengo que ganar fuerza joder, tengo que ser fuerte.

Ya se.

Me coloque ropa discreta y gafas de sol para ocultar las ojeras.

Me dispongo a ir al GYM que ví a los lejos mientras conducía.

Al entrar la mayoría eran hombres, pero ni al caso. Compré un par de prendas para ejercitar y unos almuerzos de proteína. Mientras compraba un chico se acercó y note que debes en cuento su vista caía en mi.

-¿Puedo ayudarte?.- le pregunté sería. Este tenía una singular cresta que le venía bien a su rostro.

-es que... No te había visto antes por aquí. ¿Eres nueva?.- pregunto el chico con voz inocente.

-no, llevo aquí un par de muchos meses.- miento.

-mmm, no... ¡Gustabo!.- grito el chico sobresaltandome. Mierda.

-Dime Horacio.- dice el tal Gustabo.

-ella dice que no es nueva... ¿Tu la reconoces?.- pregunta "Horacio".

-con esas gafas ni de coña.- dice el chico rubio.

-no tengo tiempo para esto.- digo y me doy media vuelta para irme pero antes de hacer nada un gigante hombre calvo interrumpe mi camino. Jooderr...

-¿A dónde vas muñeca?.- pregunta el sonso con voz de gilipollas.

-a buscar tu pelo nena.- le digo sin retroceder ni un paso.

-No jodas...- escuchó voces detrás.

-linda muñequita te vienes conmigo.- dice tomándome de un brazo.

-sueltame hijo de la gran puta... Primer y último aviso y ultimo.- dije oponiéndome a irme con este pesado mamón.

Pero ni caso hizo a mis palabras. Joder, no tengo tiempo para esto.

-tu te lo buscaste "muñeca".- le dije, golpeé con mi codo su antebrazo haciendo que me soltará, el se volteo hacia mi como era de esperarse. En un rapido movimiento de piernas logré darle dónde más le duele justo es sus huevos. Oia como los demás decían al unisono un "uhhh" .

El golpe hizo que esté se agachara, aproveche lo tome de la nuca con mis dos manos y lo empuje hacia abajo alzando mi rodilla para que esté se diera una buena ostia. El saco de músculos cayo inconsciente por el golpe en la nariz.

Jack Conway y...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora