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El en un rápido movimiento me quito las esposas y retrocedió un poco.
Joder pero aquí hay cámaras. Las miro desconfiada.

-no te preocupes, están en modo bucle.- dijo cruzándose de brazos.

Vale, que empieze el show.

Me quite el cinturón y con un movimiento suave el pantalón de poli junto con todo calló al suelo. Estaba ante el semi desnuda, solo con brasier y bragas negras.

-lleva mucha ropa, solo estorba... Señor.-

-lo mismo digo, quítamela muñeca.-

Me acerque para quitarle la corbata le di un tirón. Y me acerque aún más a él.

-aprovecha tu ventaja... No durará mucho.- le susurré refiriéndome a cuando me había esposado, le bese el cuello y succione, haciendo que gruñera.

Decise los botones rápidamente. Mordí mi labio inferior al verlo así, con la camisa desabotonada dejando a la vista un físico increíble. Sin pensarlo dos veces me arrodille. Para seguir.

Desabroché su cinturón baje su ziper y el pantalón ya no estaba, solo habían unos boxer negros y un gran bulto que resaltaba.

-alto, levanta.- me ordeno. Y lo hize. El me volvió a poner las esposas, ya veo cuál era su juego. -ahora si muñeca, de rodillas.-

Lo hice. Ahora empieza MI juego. lo mire a los ojos y pase mi lengua por encima del boxer a lo largo de toda su erección, lo hice una, dos, tres veces. Se podía notar como la punta estaba más mojada. El mantenía su mandíbula tensa.

-pidelo... Suplicamelo.- dije mirándolo a los ojos. el nego con la cabeza en señal de una batalla interna. El me levanto y me sentó en el escritorio.

-eso nunca muñeca.-

Paso su manos por todo mi cuerpo mientras que con un beso me callaba. Paso su manos por el interior de mi muslos tocando mi feminidad con su pulgar y sobre la tela empezó a hacer círculos en ese punto tan sensible.

-mmmh.- solté mientras me besaba. Se detuvo un momento para abrirse paso entre mis bragas y lentamente introdujo dos dedos en mi.

-ah...-

-estas tan mojada...- comento juntando sus labios con los míos para silenciarme. Mientras sacaba y metía sus dedos en mi, cada ves más rápido más duro. Antes de llegar al orgasmo el se detenía para empezar otra ves. Joder.

-nunca pidas a un dios que suplique.- me susurraba mientras sus dedos me atormentaban, mierda.

-ah...-

-no dejaré que te corras antes de hacerme correr a mi. ¿Entendido?.- susurro.

-si... Señor.- respondí.

-ahora eres mía, putita.- dijo sacando sus dedos de mi y arrodillándome ante el.

Con ayuda de el logré sacar su miembro. Trague saliva, joder no sé si podré con todo eso.

Mirándolo lo lami hasta meterlo en mi boca.

-hmm.- gruño el.

Con la legua empeze a estimular la punta y moviendome adelante y atrás. cada ves más rápido.

-¡Joder! ___.- gruño algo alto. Espero que nada de esto se escuche.

El tomo mi coleta y hizo que mis movimientos fueran más y más rápido, Mientras gruñía de placer. Hasta lograr que se corriera, me trague el líquido salado que soltó en mi garganta. Me levanto y me besó.

-buena chica.- solto mientras me besaba. Esperaba que me sacará las esposas pero no lo hizo.

Me dió media vuelta eh hizo que rescostara mi pecho en la mesa del escritorio. Sentí como bajaba mis bragas y de un momento a otro me penetro duro.

-¡AH! ¡Joder!.- grite.

-asi muñeca.- gruño y empezó a embestirme con algo de dificultad.

-joder... Estás muy apretada.- se quejo entre gruñidos.

Con cada embestida sentía su respiración y la mía, jadeos, gruñidos. Una de sus manos paso de mi cadera a mi feminidad y comenzó a estimular mi clítoris. Joder es demasiado, demasiado.

-¡ahh, ahh, ahh!.-

-¿Quien soy yo muñeca?.- pregunto entre jadeos.

-¡Dios, eres dios!.- grite. Llegando al climax. El seguia y seguía haciéndome gritar hasta que se corrió.

-¡JODER!...- se quejo.

-mierda...- comente agotada. El me quito las esposas y volví a recobrar el conocimiento.

-¡Coño, preservativo!.- exclamé con panico. Al darme la vuelta ví como el se lo sacaba lleno de semen y se subía el boxer.

-tengo todo controlado muñeca.- dijo dandome un beso rápido en los labios. Me vesti rápido al igual que el. Ya estaba lista, me voltee para ver cómo se acomodaba la corbata y ¡Mierda!, Le hice un chupón que se notaba exageradamente.

-¿Que pasa?.- pregunto con voz grave.

Me señale mi cuello refieriendome al de el.
Se acercó a la computadora para verse en el reflejo.

-joder... Ahora voy a tener que cargar con los mariconetis que molestan.- comento.

-lo siento.- le dije.

-me suda la polla.- comento refiendose al chupón.

-¿Mi turno termino señor?.- le pregunté ladeando un poco la cabeza.

El lo pensó un poco.

-venga, puedes irte. Pero recuerda muñeca, ya eres mía y no comparto lo que es mío. ¿De acuerdo?.- comento. ¿Se referirá a Greco?.

-10-4, señor.- conteste y me marche joder apenas podía caminar, mis piernas temblaban un poco.

Al llegar a los casilleros ví que habían unos cuantos agentes, camine lo más normal posible para que no sospecharan nada.

Me quite la camisa sin importar que estuvieran ahí.

-joder, ¿día alocado ___?.- pregunto uno. Me voltee para verlo.

-¿De que hablas?.-

-tu espalda.- dijo. Fui hacia los baños y me voltee tanto como pude para verme la espalda, tenía rasguños enrojecidos. ¡Mierda conway!.

Salí y me invente una escusa.

-me atacaron.- dije firme.

-si... Yo también desearía ser atacada así.- dijo una agente.

-cierren la puta boca mariconetis y todos a mover el culo, rápido, rápido.- ordeno conway saliendo con todos, dejándome solo con Greco quien se estaba equipando.

-¿¿¿Papu, tiene usted un chupón???.- se escucho desde afuera.

-¡Cerrad la puta boca anormal!.-

-¡¿Tu y el viejo?!.- pregunto Greco atónito.

-¿Que coño hablas?.- pregunté tratando de mantenerme pacífica. Mientras abrochaba mis zapatos.

-joder ___ desde aquí pude ver los rasguños en tu espalda y el chupón de conway, ¡No jodas!.- decía susurrando.

-coincidencia.- comente falsamente.

-¡No saco la porra!, Normalmente hubiera sacado a todos a porrazos.- explico.

-¿Si?, No me di cuenta...- dije tratando de ocultar una sonrisa.

-si haces que no ocupe tanto la porra tienes mi apoyo colega.- rio Greco.

-gilipollas.-

Llegue a mi departamento a solo dormir estaba exhausta no podía ni con mis piernas literalmente me dolía todo pero sonreía del por qué me dolía. Hace mucho no sonreía pero desde que entré en la comisaría todo era diferente, tenía colegas y amigos. Mi misión obviamente aún estaba en pie pero sabía que tenía que esperar órdenes de conway, el sabía mis intenciones.

Jack Conway y...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora