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Cubrí mi rostro con mis manos tratando de calmar mi respiración y los latidos de mi corazón...
Debía controlar esto, de una ves por todas. Por el bien de todos.

-¡Mamá!.- entro Jacky a mi habitación seguido por Amelia. Ambos pequeños entraron corriendo con sus pijamitas y gritando mamá.

Los abrace con todas mis fuerzas puesto que hoy era su cumpleaños número dos.

-Buenos días.- soltó una voz grave. Abrí los ojos y alce la vista.
Jack... Joder. Está bien, está aquí. El traía una bandeja con el desayuno exclusivo para los niños puesto que todo era muy colorido.
En su cuello aún se notaba la cicatriz de bala que le había rozado.

-¿Estás bien cariño?.- me preguntó al ver que yo estaba hipnotizada mirándolo.  Jack dejo la bandeja en una mesita de noche y se acercó.

-s-si... Solo...- susurré en voz baja. No podía hablar ahora mismo, yo estaba centrada en mi esposo.

-¿Otra ves las putas pesadillas?.- dijo con voz ronca y sentandose en la orilla de ella cama muy cerca de mi.
Recuerdos de mi sueño venían a mi mente.

-si...- susurré. Jack acaricio mi mejilla dulcemente y me besó.

-estoy aquí muñeca... Siempre estaré aquí para sacarte de cualquier lugar oscuro.- susurro contra mis labios.

-iuu...- soltaron los gemelos al vernos. Rei por sus expresiones de asco.



Jack luego del disparo había perdido el pulso. Los EMS lograron recuperarlo solo de milagro.
Estuvo inconciente unas semanas... Luego de eso decidió dejar el cargo de súper intendente. ¡Si!, ¡Dejo el cargo!. Estaba sorprendida cuando lo hizo, hasta hizo que Michel y los mayores fingieran su muerte... pero luego me explico.

"-ser súper intendente es tener a media cuidad odiandote, queriendote ver sufrir muñeca... Y la única forma de hacerme sufrir son ustedes... No os pondré en peligro. Mientras yo viva, ustedes peligran.-"

Por una parte me aliviaba y por otra... Joder... legalmente Jack está muerto... Solo legalmente. Ahora mismo volkov estaba en ese cargo. Volkov puede ser un gran súper intendente pero Jack... Siempre será el mío.

Celebramos el cumpleaños de los niños con una barbacoa solo de la familia.

Gustabo, Horacio, la pequeña Mía, volkov... Ellos eran nuestra familia.

Pasamos la tarde charlando y comiendo de la barbacoa. Los niños jugaban entre ellos. Me hacía mucha gracia verlos jugar.

Jacky jugaba con una pistola de juguete, Amelia con su porra. Ambos estaban en su mundo de policías, mientras Mía jugaba con una mariposa azul de juguete, era tan dulce... Se parecía a Horacio.

-joder sus hijos están destinados a ser maderos.- soltó Gustabo señalandolos.

-claro... son mis hijos.- aclaro Jack orgulloso. -mira esto.- soltó Jack. Joder aquí vamos... -Amelia conway, Jacky conway. ¿Sus estados?.- pregunto Jack. Ambos gemelos lo miraron con una gran sonrisa.

-diez... Ete.- (10-7 disponible). Respondío Amelia.

-die... Oto.- (10-8 devuelta a comisaría). Soltó Jacky.

-¡Muy bien!, Venid a mi 10-20.- soltó Jack. Ambos niños corrieron hacia el.

-joder... Estos niños ya dan miedo.- susurro Gustabo.

-ja... Mire esto.- bufo volkov. -¡Mía!.- llamo a si hija. La niña lo miro con una pequeña sonrisa.

-has lo que te enseño papa.- dijo Horacio. La pequeña se levantó y dió una vuelta como si fuera una bailarina mientras reía.

Jack Conway y...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora