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-muñeca...- oía a lo lejos. Joder quiero seguir durmiendo. -¡____!.- grito alguien y desperté con un salto y un saludo militar al recordar esos tiempos. -¿Que coño haces?.- pregunto conway riendo.

-¡joder, que susto cabron!.- dije restregando mis ojos.

-ya es tarde.- respondió el saliendo de la cama.

-cinco minutos más papi.- dije recostandome otra ves en la dulce cama de frasadas blancas, subes como las nubes.

-¿¿Papi??.- pregunto conway abrí un ojo para ver qué estaba con una sonrisa perversa. -me gusta.- dijo con voz ronca.

-te llamaré como quieras si me dejas dormir cinco minutos más.- respondí cerrando otra ves los ojos. Sentí su peso sobre mi.

-haré que me llames como yo quiera en otros momentos, pero ahora es tarde muñeca.- soltó dandome un beso rápido y dirijiendose al baño.

Oi como la ducha se abría. También tengo que tomar una ducha.
Me levanté fui al baño para encontrarme aún Jack conway totalmente desnudo en la ducha.

Sin decir nada me desnudé también y me metí a la ducha con el.

Ambos estábamos exhaustos solo nos duchamos, nos besábamos de ves en cuando. Me enjabono el cuerpo y yo a el. La confianza no faltaba, eramos como uno solo.

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Terminé de vestirme y arreglarme, estaba lista.

-¿Vienes conmigo?.- pregunto. Lo dude un poco, joder si los demás se enteran no dejarán de molestar como niñatos de doce años.

-no, me iré en mi coche.- dije. El me miro con sus gafas oscuras y nego levemente con la cabeza para luego darse la vuelta.

Joder, menudo cascarrabias es este anciano, bueno no tan anciano por qué lo suyo tiene para hacerme gritar.

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Llegue a comisaría con diferencia de tiempos entre conway y yo.

Fui a los vestidores me saque la ropa. Quedando en bragas y brasier, alguien entro pero no me importo.

-lindo...- dijo aquel que estaba detrás mía.

-¿Que coño acabas de decir?.- pregunté colocándome la camisa.

-que lindo culo traes.- respondió. Ah... Estos cavernícolas no aprenden. Terminé de vestirme. Me voltee y le di una patada en los bajos.

-¡Lindo culo el de tu puta madre!. ¡Gilipollas!.- le grite y salí. Dejándolo tirado en el suelo.

Llegue a recepción a tomar denuncias.

Todas aburridas, nada bueno.

-____.- sonó mi radio, conway.

-¿Si?.- respondí.

-ah mi despacho .- joder, el tío del vestuario se fue de sapo.

-de camino.-

Al llegar como era de esperarse estaba el sapo sentado con una bolsa de hielo en la entrepierna,  volkov de brazos cruzados y conway sentado en su silla.

-sientete.- ordeno y lo hize. -ahora me vas a contar tu versión de la historia.- dijo cabreado.

-¿Que dijo el?.- pregunté señalando al sapo.

-el dijo que usted se le había insinuado y al rechazarla lo golpeó.- contesto volkov.

-tu versión de la historia muñeca.- dijo otra ves conway molesto.

Jack Conway y...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora