•39•

1K 50 11
                                    

*NARRA CONWAY*

Estaba desesperado por sentir su piel una ves más... Casi un jodido año sin besarla, sin tocar su suave piel, sin oír su voz.

Me separé a obligado por la mirada de casi toda la malla.

Ella me miro con ojos brillantes y una gran sonrisa.

-se nota que me extrañaste.- susurro acariciando mi mejilla.

-no sabes cuánto muñeca...- le respondí.

Toda la malla la saludo. Joder no me dejan estar con mi esposa.
Horacio y Gustabo no paraban de parlotear. Joder... Le están contando todo.



La llevebaron al hospital de los santos. Luego de unos exámenes estos estaban sorprendidos. Decían que no había ningún cambio en ella hasta ahora. Que solo necesitaba recuperar su fuerza muscular.

-vale... ¿Y como hago eso?, ¿Alguna recomendación?.- pregunto _____.

-comienzas a caminar con cuidado, así cada ves podrás hacer cada ves más cosas.- respodio el médico.

Lleve a _____ a casa. Ella apenas entró ivadog salto sobre ella. Por suerte estaba en una silla de ruedas.

-Mi bebé... ¿Cómo está el pequeño de mamá?.- le decía _____ como si fuera un bebé.

-joder... ¿No ves que es un puto lobo?.- me burle.

-es mi bebé.- contesto abrazando a ivadog.

La dejé en la cama y fui a por comida. Los médicos dijieron nada de grasas en exceso.  Vale... Cociné algo para ella. Esto quedará de puta madre.



Terminé de hacer unos platos que parecían echo por un mismisimo chef profesional. Volví a la habitación con los dos platos. Ella estaba sentada en la cama con ivadog estirado entre sus piernas mirandola.

-¿por que ah crecido tanto?...- pregunto mirando al can. Yo la mire con el seño fruncido mientras le tendia el plato. ¿No le han dicho?...

-ten... Recien salido de la cocina.- dije orgulloso y cambiando el tema. Ella sonrió y comenzó a comer de a poco. Me senté a su lado. Casi ni comía solo me dedicaba a verla. Porfin podía sacar la imagen de ella con fracturas y el rostro ensangrentado.

-joder... Esto está exquisito...- dijo entre bocados.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Pasaron unos meses ella ya caminaba. Sus piernas comenzaban a recomponerse. Se había caído un par de veces y ivadog aprendio a ladrar cuando pasaba, advirntiendo. Desde entonces el siempre va con ella. Horacio le enseño unos ejercicios muy extraños, el cabron podía abrirse completamente de piernas... Joder el dolor de cojones...

-ya quiero correr... Creo que estoy lista.- soltó ella.

-no vas a correr. Te falta.- respondi mirando unos documentos. Joder alparecer la mafia de hizo notar. Compra de armas largas. ¿Se habrán enterado que _____ está conciente?.

Sentí a sentarse sobre mi regazo colocando una pierna a cada lado. 

-¿Que cojones?.- pregunté alzando la Miranda hacia ella.

-sabes que ya podemos...- susurro acercándose a mi. Cogió los papeles que tenia en mis manos y los lanzo.
Ella me besó suavemente al principio. Sentía como mi polla ya impaciente palpitaba. Joder... Ah pasado mucho. Pero...

-espera...- dije contra sus labios.

-¿Esperar que?...- susurro y comenzo a besarme el cuello. Succionaba... Joder...

Jack Conway y...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora