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Fui llevada en una camilla hacia una sala donde estaba el médico de siempre preparado.

-¿Que sucedió?.- me preguntó. Yo solo me retorcía y lloraba.

-hubo un tiroteo... y abatieron al súper... intendente. Ella lo reanimó.- explico Horacio con la voz temblorosa.

-mierda.- soltó el medico. Entre tres EMS me sostenían mientras me hacían una ecografía de emergencia. -_____ necesito que te quedes quieta.- ordeno.

-Duele...- exclamé.

-lo se. Pero necesito ver si la bebe está bien. Hazlo por ella.- respodio. Aún con el dolor casi insoportable me quedé quieta. Horacio sostenía mi mano. Gritaba mientras el doctor movía la máquina de un lado a otro.

-...No... No encuentro latidos.- soltó. Corrió fuera de la sala. Y volvió con otra médico. Ella hizo lo mismo.

-temperatura de la paciente.- ordeno.

-cuarenta y subiendo.- respodio una enfermera.

-al quirófano. ¡Rápido!.- ordeno ella.

-¡¿Que pasa?!.- pregunté adolorida.

-____... La bebé no tiene latidos...- dijo el doctor con los ojos cristalizados.

-¿Que...?.- susurré. Ah... Duele.

-ella...- soltó. Mi mundo se caía, se rompía.

-¡NO!.- grite mientras era llevada a un quirófano. -¡¿Que mierda hablan?!. ¿Que me harán?.- pregunté. La doctora se me acercó.

-ahora está en riesgo ti vida.- explico.

-No... Por favor... No...- susurré llorando. La doctora nego con la cabeza. Y pusieron una máscara en mi boca. Todo se volvió oscuro.

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Desperté en una habitación. Horacio estaba dormido junto con volkov en unos asientos a mi lado. ¿Que paso?... Toque mi vientre. Aún estaba enorme.

-¿Horacio?.- lo llame. El despertó de un salto.

-_____ .- susurro tomando mi mano. Volkov también despertó.

-¿Que paso?.- pregunte. -¿Dónde está Jack?.- volkov se levantó y salió de la habitación. Al rato volvio con mi médico. El se sentó a mi lado.

-_____... Por tu esfuerzo y por la tensión y estrés... El feto... Perdio la vida.- soltó como pudo. ¿Que?... Me quedé congelada.

-eso... No...- susurre.

-lo siento mucho. Tu vida peligraba...- explico. Lágrimas caían sin permiso por mi mejillas. Toque mi vientre. -en pocas semanas tu vientre irá disminuyendo...- explico. Llore desconsoladamente. El médico se retiró con una mano en su boca. Horacio me abrazaba fuerte. Mientras yo golpeaba la camilla. ¿Por qué me pasan cosas tan malas?... ¡¿Por qué no puedo ser feliz de una puta ves?!. Llore por más de una hora o tres horas. No lo sé mi mundo ya no existía, era todo gris.

-¿Dónde está Jack?.- pregunté sollozando.

-el esta en recuperación. Lograron estabilizarlo solo de milagro.- respondio volkov con lo ojos cristalizados. Asentí mientras seguía llorando. En ningún momento horacio  me soltó. Y lo agradecía la fuerza de su abrazo me mantenía para no pegarme un tiro ahí mismo. Lo abrace y seguí llorando contra su pecho.

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Han pasado dos días desde mi aborto espontáneo y si. Ya lo asimile, no lo superó pero asimiló que no seré madre de una pequeña. Mi corazon duele.

Jack Conway y...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora