Capítulo XX

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"Érase una vez una oruga que cayó en lo profundo de un pozo, preguntándose si algún día volvería a ver la luz"

Rini

—Podía esperar esto de cualquier alumno, pero definitivamente no de dos alumnas que poseen una beca.

Volteé a ver a Daisy por impulso, ella se encontraba con la cabeza gacha, escondiendo su rostro entre sus largos cabellos. Todo este tiempo aparentando ser una señorita de la alta sociedad, denigrando mi ordinariedad, cuando ella era igual a mi.

"Quién lo diría"

Atrás de nosotras se encontraban el presidente del consejo estudiantil y a un costado el profesor Lockland, al parecer era un requisito para el castigo que iban a imponernos a ambas. Empecé a rogar en mi cabeza que la directora sea algo condescendiente.

—Habiendo verificado la evidencia recopilada por los miembros del consejo y el profesor Lockland, encargado del comité de conducta, iniciaré. Señorita Gallardo se le acusa de actos vandálicos en el baile de invierno, así como conducta violenta, no iniciada por usted, dentro del campus escolar. ¿Es correcto?

—Si, señora directora —susurré con un hilo de voz.

—Perfecto, firme esta acta para poder continuar.

Me giré a ver a la única persona en la que confiaba en ese lugar, el profesor Lockland asentía con su cabeza en un gesto que indicaba que este era el procedimiento común. Firmé conteniendo todas las emociones que querían salir de mi pecho y se lo entregué a la directora.

—Proseguimos, Señorita Camps se le acusa de actos vandálicos que perjudicaron la propiedad escolar, conducta violenta dentro del campus y actos de acoso a distintos alumnos de esta institución dentro de los cuales se encuentra la señorita Gallardo. ¿Es correcto?

Daisy levantó la mirada sorprendida, pareciera que para que el consejo estudiantil empezará a trabajar en serio, necesitaban que atacaran a una de los suyos. En los audios se identificaba claramente que Daisy detestaba a Evie Mae, ellos habían utilizado su acoso hacia mí para poder perjudicarla aún más.

—Quiero ver las pruebas— solicitó Daisy con la garganta dañada por los gritos.

La directora Williams le extendió unos papeles con fotos impresas, al parecer eran de una de las cámaras de la escuela que la habían registrado con el spray rojo pintando el mural de eventos de la academia.

—¿Y bien?— señaló la directora de forma escueta.

—Correcto, señora directora.

Le extendió el acta con los delitos descritos para que ella lo firmara. Apenas lo hizo, se deshizo de los papeles como si le quemaran.

—A ambas se les asignará un castigo no convencional, recomendado por el profesor Lockland, para incentivar el compañerismo y la buena conducta en ambas. Asimismo, desde este momento ambas contarán con una matrícula condicional. —Conocía poco de ese concepto, la directora procedió a explicarlo— Eso quiere decir que si alguna de ustedes vuelve a realizar algún tipo de comportamiento no alineado a los valores de esta institución, la expulsión será inmediata.

—¡¿Qué?!— respondimos ambas al unísono debido a la impresión.

—En su caso señorita Gallardo, podrá solicitar el levantamiento de esta medida para el inicio del próximo año escolar. Solo si vuelve obtener calificaciones sobresalientes en el siguiente semestre, debe agradecer al profesor Lockland por su intervención inmediata en la presentación de su récord.

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