Capítulo V - Parte 1

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"Érase una vez una oruga que se encontró por casualidad con una mariposa, sin saber lo importante que se volvería en su vida"

Rini

La siguientes semanas transcurrieron de una manera veloz y...

¿A salvo?

Almorzar con el grupo de Daisy no fue tan tormentoso como pensaba, había reglas tontas como "no carbohidratos los miércoles", pero aparte de eso nada peligroso. Tampoco hubo ningún comentario sobre nuestro bochornoso encuentro.

Agradecida con el de arriba.

Los temas de conversación eran básicamente: Critiquemos a todo aquel que cruce enfrente de nosotras, comentemos los chismes más recientes de la escuela y adulemos a Daisy como si nuestra vida dependiera de ello.

—Que bueno que tienes el cabello negro —Me dirigió la palabra Sol Fanelli, también conocida como DaisyCopy1.

—Ehm... si ¿supongo? —respondí dudosa.

—Ninguna entre nosotras puede tener el cabello del mismo tono que Daisy —explicó Violeta Smith aka MiniDaisy.

ra fantástico como cualquier tema de conversación podía ser al instante relacionado con Daisy, había que admitirlo, estas chicas tenían un talento oculto.

Se me quedaron observando como si tuviera que devolver algo. ¡Ellas estaban esperando una respuesta de mi parte!

Justo cuando iba a hablar, Cari interrumpió extendiendo su brazo para mostrarles la pantalla de su celular.

—¿Vieron lo que publicó Allysa del 2-C? —preguntó Cari enojada —Es obvio que está tratando de copiar la última foto de Daisy .

—¡Que tipa tan patética!— respondió Sol. Todas se rieron en conjunto.

Y esa fue la conversación más larga en la que intervine.

A pesar de todo, Daisy no era peor que ellas. Es cierto que hablaba mal de casi toda la población de Abingdon, pero un día me invitó a ir al mall con ellas y fue casi-divertido. Descubrí que su tono de celular era "Defying gravity", lo cual me hizo elevar un poco mi opinión. Las personas a las que les gusta Wicked no pueden ser tan malas, ¿no?

Cuando se sentó con nosotras, noté que Daisy traía un almuerzo que a simple vista indicaba mucho esfuerzo en ser preparado.

—Tu almuerzo es realmente lindo —comenté sorprendida.

—¿En serio lo crees? —Levantó la mirada y sus ojos brillaron con emoción. —Para ser una buena deportista, hay que estar bien alimentada. Me esfuerzo en que los alimentos luzcan apetecibles.

Empezó a explicarme porqué había elegido cada vegetal y la mejor manera de cocinarlos de una manera amable y entusiasta.

Era una Daisy de una dimensión paralela.

—¿Haces tu propia comida Dai? —preguntó Cari como... ¿Juzgando?

Las cabezas giraron hacia Daisy y su emoción cayó de inmediato.

—¿Qué les pasa a ustedes? Lo hace mi chef, yo superviso —negó alterada. Era como si cocinarte fuera una expresión de bajo nivel social —. Una deportista calificada como yo tiene conocimientos básicos sobre estos temas, Rini solo me estaba pidiendo consejos.

Dirigió su mirada hacia mí, había vuelto la Daisy de siempre.

—Por supuesto... —aporté con nervios —¿Quién no querría siquiera intentar lucir como Daisy?

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