Capítulo XXIX

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"Érase una vez una oruga que descubrió que para obtener unas hermosas alas, había que sufrir primero"

Rini

—¿Cómo va todo?

Me giré sorprendida al oír la voz de la recién llegada. Daisy había faltado por días a la escuela sin darnos explicación alguna, por eso cuando Emi nos pidió acompañarla a recibir un premio de un concurso en línea, pensé que ella no llegaría.

—Super, ya se tomaron las fotos con los ganadores y Emi está en la mini entrevista con Jacques Da Cordier.

—Aún no puedo creer que haya ganado el concurso de diseño de "Da Cordier" y "Fashion idol", cuando vi tu chaqueta pensé que tenía talento. Pero ¿ganar un concurso?, cada día reafirmo que estoy haciendo las cosas mal.

Si bien Daisy me hablaba con una frescura común en ella, las ojeras bajo sus ojos y su melena opaca me decían lo contrario. A pesar de eso, no sentía que fuera el momento para inmiscuirme en sus asuntos.

—Yo también estoy muy feliz por ella —respondí siguiéndole la corriente —. Mira allí viene.

Daisy y yo nos levantamos para saludarla entusiasmadas, no obstante la expresión en el rostro de Emilia mostraba desconcierto y pavor.

—Sáquenme de aquí. ¡Sáquenme de aquí! —nos susurró. Sus manos temblaban sin control.

—¿Emi te hicieron algo?

—Solo sáquenme de aquí.

Una mujer de la organización gritó el nickname de Emilia buscándola, generando que la respiración de mi amiga se agitara aún más. Antes de que la mujer siquiera pudiera moverse, Daisy empezó a correr hacia la salida jalándonos en el acto.

Ignoramos a los de seguridad y lancé los pases de visita por los aires. Llegamos a la avenida más cercana a toda velocidad y nos embarcamos en el primer taxi que se detuvo. Le di la dirección de mi casa, para después envolvernos en un silencio ensordecedor.

Abracé a Emilia, en un intento de ayudar a normalizar su respiración. Daisy fue la primera en hablar.

—¿Alguien te hizo algo Emilia?

Mi amiga negó con su cabeza lentamente, lágrimas empezaron a caer por sus ojos.

—¿Crees que puedas contarnos qué sucedió?

Emilia daba pequeños espasmos en una lucha por controlar sus emociones. Observé a Daisy en busca de ayuda, la cual me respondió con una sonrisa triste.

¿Habría algo que pudiera hacer por mis amigas?

—Mi madre está siendo investigada por la policía federal.

Emilia y yo contemplamos a Daisy, absortas por el mensaje.

—¿Es por eso que has estado faltando a clases? ¿Te encuentras bien? ¿Cómo está tu mamá? —Tomé su mano en un gesto de apoyo.

—Si... en realidad la investigación lleva algo de tiempo —le dio una mirada al conductor y continuo en un tono mucho más bajo —Verán mi madre era contadora de una cadena de night-clubs famosa alrededor del país.

—¿Camelia? —preguntó Emilia algo recompuesta.

—Esos mismos —volvió a girarse hacia el conductor inquieta —, los dueños están siendo investigados por lavado de activos y otros negocios turbios. La policía quiere ofrecerle un trato a mi mamá para colaborar en la investigación.

CrisálidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora