Crisálida

Capítulo XXVIII - Parte 2

"Érase una vez una oruga que ignoraba las sombras de los árboles, y sin darse cuenta, terminó perdida en el bosque"

Rini

—Mira lo que encontré en la azotea.

Levanté ligeramente mi cabeza, de entre la multitud de muñecos de felpa y almohadones, para poder ver lo que me había lanzado Dimitri.

—Parece un álbum de fotos... —mencioné mientras abría el grueso tomo —¡Un álbum de fotos de la abuela!

—Uh... se ve antiguo, como la abuela. —Le tire un zape —. Todas esas fotos en blanco y negro.

—¡Mira esta!

Retiré del álbum una foto en donde se veían dos niñas con vestidos de volantes jugando con tacitas. Una de ellas poseía un vestido más simple, y las acompañaba una mujer con uniforme de servidumbre. Dimitri me la quitó y la volteo.

—"Día de campo en casa de Los Woods"

—¿Cómo así? ¿Tiene cosas escritas detrás?

—Era bastante común antes, de esa manera se reconocía a los integrantes o los eventos.

Había una multitud de fotos de la niña con apariencia simple. Saqué otra en donde estaba abrazada a un hombre adulto, un niño al costado y la mujer de la anterior foto.

—Esta dice "Familia Fernández" ¡Oh por Dios es la familia de la abuela!

Dimitri se puso de pie para curiosear en mi habitación, luego de despeinar mis cabellos.

—Duh, claro lentita. La abuela nos solía contar que su madre había trabajado de ama de llaves en Rossens antes de que falleciera y ella tuviera que mudarse aquí. ¿No lo recuerdas?

No lo recordaba, debí haber sido muy pequeña. Le lancé un peluche en respuesta y Dimitri lo esquivo con gracia. Aun así el pobre tigre de felpa fue a dar con mis papeles de clase.

Adiós a mi orden.

—¿Qué es esto? —dijo Dimitri al levantar un folder lleno de hojas.

—Es un borrador para mi ensayo de postulación. Mi maestro de club me ofreció su ayuda para la elaboración y me dijo de que si le gustaba lo suficiente, me daría la recomendación.

Volví a recostar mi adolorida cabeza en el mar de suavidad en el cual había transformado a mi cama. Dimitri tomó asiento en la esquina del colchón, haciéndome compañía.

— "Loaklar" —dijo leyendo la firma —, que apellido para más extraño.

—Lockland, Dimdiota. Su nombre es Luciel Lockland.

La expresión de mi hermano cambió a una de completo terror.

—Espera Rinitis, acabas de decir Luciel Lockland.

—Ehm... ¿Sí?

—Por todos los pitos multicolor de pegacornios...

Con todo el ánimo que él tendría en caso hubiera recibido la noticia de la muerte de Lady Gaga,  empezó a retorcer sus dedos entre sus claros cabellos.

—Dim ... ¿estas bien?

—Dime, mi dulce y pequeña hermana... ¿Sabes si está saliendo con alguien?

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"¡¿QUÉEEEEEE?!"