Capítulo VI

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"Erase una vez un oruga que quería tocar el cielo...

Rini


Tenía que agradarle a Daisy Camps.

Muy bien, esta es la declaración más extraña que he hecho desde que llegué a Abingdon, sin embargo ella era la única persona que poseía toda la información de los alumnos en Abingdon, y yo necesitaba consejo sobre uno en particular.

Timothy Strauss.

Por lo que inicié la operación "Ser la perrito faldero de Daisy hasta ganar su confianza". Por supuesto que había identificado ciertos comportamientos que debía seguir para agradarle, como indicarle lo linda que se veía ese día o compartir cada foto que subía en Instagram miles de veces.

Y para ganar puntos rápidos decidí atacar tres aspectos que su séquito estaba descuidando a su alrededor:


Aspecto 1: Daisy Camps en realidad ama comer saludable, pero suele aburrirse pronto de todo.


—Estoy cansada de tomar agua Evian, mi paladar merece algo con más sustancia. —Se quejó Daisy mientras nos observaba pidiendo la solución a su problema.

—Daisy tal vez le puedas pedir a tu cocinero que le eche un limoncito a tus bebidas. —Trató de tranquilizar MiniDaisy.

—¡¿Es que acaso eres estúpida Violeta?! —Daisy extendió su brazo indicando que se vaya de la mesa. MiniDaisy se levantó y se retiró avergonzada.

La situación era tensa en la mesa pero me atreví y llamé a Daisy de manera firme para captar su atención, se giró hacia mí con la mirada encolerizada. Rápidamente saqué de mi bolso dos pequeñas botellas de vidrio con envoltura blanca y las puse sobre la mesa.

—Estuve investigando en todas las páginas de nutricionistas y ellos recomiendan estos saborizantes de agua. La semana pasada dijiste que extrañabas los jugos de fruta —respondí.

Daisy lo tomó y leyó las etiquetas con suma paciencia, luego me dio una sonrisa de satisfacción.

—Por fin alguien aparte de mi tiene cerebro en esta mesa, bien hecho Rini.

Iba a estallar de felicidad ¡Vamos Rini!

Aspecto 1: Completado.


Aspecto 2: Daisy Camps no presta atención en clase, así que como parte de su séquito tienes que evitar que suspenda alguna materia.


—Llamaré en orden alfabético para que entreguen los ensayos que debieron haber preparado sobre la segunda guerra mundial.— El profesor Velarde empezó a llamar uno a uno los apellidos.

Podía ver la desesperación y el enojo en los ojos de Daisy, yo ya sabía que Cari no había realizado los ensayos personalizados, porque había estado distraída en su celular cuando el profesor dictó los temas por única vez.

Me acerqué rápidamente a Daisy con unos papeles en mano.

—Daisy, no te preocupes, preparé tu ensayo porque supuse que estarías muy ocupada con tus entrenamientos de gimnasia como nos dijiste ayer —susurré visiblemente consternada.

Ella tomó con velocidad el ensayo y se levantó para entregárselo al profesor no sin antes dirigirse a Cari.

—Al menos alguien si me pone atención cuando hablo. —Si las miradas mataran, Cari estaría saludando a mi primera mascota: Fluffy, en el cielo. Daisy cambió su mirada cuando volteó hacia mi —. Que bueno que puedo contar contigo Rini.

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