Capítulo XL

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"Érase una vez una oruga que se dejó ahogar en la despiadada lluvia"

Rini

Ronan me dijo una vez que el odiaba el verano. Lo cual era curioso viniendo de alguien que había crecido en una ciudad donde el sol brillaba durante 9 meses al año. Su excusa era que no había libertad para combinar atuendos. Si o si, ibas a sudar como cerdo. Terminó su raro monólogo agregando que a pesar de eso Keycoast era peor, porque en esta ciudad ni siquiera había playa. Y él quería ver si yo era de los bichos que resisten el agua.

Le lance un vaso de refresco para luego decir: "Bueno, veo que tú si la resistes".

Hoy era el cumpleaños de Ronan.

Ronan y Charles no aparecían conectados en ningún medio. Incluso sus cuentas en LOW se habían esfumado. Era posible que me hayan bloqueado o cambiado toda su información de contacto. Ambas opciones eran válidas.

En el caso de Emilia, me dejaron de llegar correos electrónicos hace dos semanas. Los últimos no decían mucho, solo cosas como: "Estoy bien, aún me alimentan. Ha, ha" o "Estoy segura de que solo es un berrinche de Ronan, ya se le pasara".

Pero yo sabía que no era así, él había sido bastante claro conmigo.

Deseaba poder borrarlo de mi cabeza, de mis recuerdos, de aquellos momentos que me hacían sentir bien en días como este. En donde el sol brillaba por todas partes, pero yo me sentía sin fuerzas para nada.

Sin Dimitri, había perdido uno de mis eslabones de fortaleza.

Había intentado practicar mi ingles, hacer cronogramas de estudios y repasar información sobre el temario del examen de aptitud para alumnos de alto rendimiento. A pesar de eso, no tenía ánimo nada. Durante estos últimos meses, había practicado mi inglés con Ronan, hecho cronogramas de estudios con él y fue quien me pasó la información sobre las especialidades de cada universidad.

Él solía decir que de esa forma equilibraba la balanza. Él tenía dinero y contactos, y yo tenía que tener algo para contrarrestar eso.

Idiota.

Idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota.

¿Por qué tuviste que cambiar de la nada? ¿O es que acaso siempre fuiste así? ¿Todo este tiempo había sido un simple entretenimiento o posesión tuya?

Escuché la puerta principal cerrarse, me levanté torpe de la cama y fui a ver apresurada quien era. En el fondo de mi corazón esperara que sea Dimitri diciendo : "Fui un idiota, claro que los amo".

Le había enviado miles de mensajes de audio y texto, suplicándole que volviera. Que arreglaríamos las cosas, que lo amábamos. No tenía que volver a vivir en la casa, pero necesitaba saber que todos estábamos bien. Que aún éramos una familia. Necesitaba un abrazo, una broma, algo de él.

¿Por qué parecía que todos me estaban abandonando?

Mi esperanza se desinfló al ver que era mamá.

Desde que Dimitri se fue de casa, mamá tomaba más turnos nocturnos para que papá pudiera dormir en su habitación. Con todo eso, papá seguía durmiendo en el ático. Yo había sido la única que ingresó al cuarto de Dimitri, pensando que arreglar lo poco que dejo, era un ritual para que él pudiera volver.

Mamá me saludó y pasó silenciosa por mi costado dispuesta a ir a dormir.

—Papá me dijo que se va ir de viaje por unos 4 días —mencioné. Mamá se detuvo a mitad de camino, yo sabía que ellos no estaban hablando.

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