Capítulo III

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"Érase una vez una oruga que se enfrentó a una mariposa, determinando desde ese momento su futuro en el jardín"


Rini


Por fin el primer periodo estaba acabando, moría de hambre. Mi primera clase fue con Lucas, pero en la segunda y tercera clase había estado sola, cochino horario pedorro.

Las clases al contrario eran sorprendentes, los profesores manejaban el tema y hacían ver todo súper interesante. Intervine muchas veces, por lo que me tacharon de media nerdy, pero no pasó nada feo. Incluso un tipo me pidió prestado un lápiz y la chica detrás mío me dijo que si le podía prestar mi cuaderno. Abingdon me estaba demostrando no ser tan atemorizante como esperaba.

Al sonar el timbre del primer receso corrí hacia la cafetería, debían de agradecer que no me comí a una persona durante clases. Porque el canibalismo no es bueno, y eso no lo dije yo, lo dijo Willy Wonka.

Al chequear los precios de la cafetería, agradecí traer mi almuerzo. Un sandwich simple costaba mi día de trabajo en la biblioteca.

"Maldita pobreza"

Busqué a Lucas con la mirada, pero este me sorprendió apareciendo detrás mío y me indicó una mesa vacía donde sentarnos.

—Pensé que estarías con tus amigos, Lucas —. Comenté luego de haber calentado mi almuerzo, Lucas se había comprado el suyo, por supuesto.

—Pues, si. Pero... —Se metió un pedazo de tostada a la boca para no contestarme.

— ¿Estás comiendo conmigo por pena, no?

Casi se atraganta con esto último, estaba segura que Lucas tenía una reputación aquí, sin embargo yo no. Él levantó la mirada y tomó mi mano.

—Rini, eres mi amiga. No te dejaría enfrentarte sola a los lobos en tu primer día en la cafetería.

Me brindo una sonrisa comprensiva. Lucas aparentaba mucha seguridad pero en el fondo era un bollito de azúcar. Se había mudado a Keycoast hace tres años luego de que sus padres, una famosa modelo y un importante productor de televisión se divorciaran.

Cuando lo conocí lo definí como una mariposa: hermosa e imponente. Aunque siempre traía una mirada triste. Por lo que en un examen decidí ayudarlo "dejándolo copiar" . Luego de que nos descubrieran y fuésemos a detención, nos hicimos muy buenos amigos.

Nunca hizo hincapié en nuestra diferencia social. Y tenía un carisma increíble, apostaba toda mi colección de Rilakkuma de que estaba en la cima de la pirámide social de Abingdon.

—Petisa, esta gente no viene a estudiar, sino a hacer conexiones—. Tomó otro pedazo de tostada y tragó —. Se mueven bajo jerarquías y apariencias, ni siquiera Tim vino a sentarse contigo — señaló con su tenedor la silla vacía al lado mío.

Auch, eso dolió.

—¿Y en qué lugar de la pirámide estoy ahora?

Vi a Lucas meditarlo un momento, mientras yo le daba un mordisco a mi manzana.

—En el grupo de los normales, los que no tienen nada de influencia, pero tampoco importan lo suficiente para molestar.

—¿Eso está bien, no? digo, yo quiero eso.

—Si es lo que quieres, debes mantenerlo. Estrella Baez y Carmen Sallow son una buena opción. Son amigables y no les molestara si te sientas con ellas, si no te diste cuenta están en nuestro mismo curso, háblales.

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