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-Realmente no tengo nada que hablar contigo- Soyeon se quitó los brazos de la rubia de su cuerpo y volvió a levantarse -¿Qué haces tú aquí?

-Mi hermano esta por haya- Apuntó a un niño que estaba jugando en unos columpios junto a otros dos niños.

-Veo que estáis mucho mejor- Alzó ligeramente una ceja mientras miraba a la chica de arriba para abajo.

-Es gracias a ti- La rubia sonrió suavemente -Nunca pude agradecerte debidamente por eso.

-Ni lo menciones. No quiero nada de ti- Empezó a caminar en dirección a donde había dejado su auto parqueado, pero sintió rápidamente una mano en su hombro, haciéndola detenerse -Por favor Gaeul, déjame en paz.

-Quiero hablar contigo y arreglar las cosas.

-Las cosas entre nosotras no pueden arreglarse, lo sabes.

-Ni siquiera lo intentamos- Apretó un poco más su agarre.

-Contigo no se puede Gaeul, ya te lo deje muy claro- Se soltó bruscamente del agarre que tenían sobre su hombro -Ahora mejor ve a cuidar de tu hermano.

Caminó hasta donde estaba su auto, sin embargo, antes de poder subirse, sintió como alguien la jalaba bruscamente de un brazo, arrastrándola hasta un pequeño callejón.

-Demonios, ¿Acaso no entiendes que no quiero nada contigo?- El cuerpo se Soyeon se tenso suavemente cuando sintió que la rubia se acercaba hasta su cuello dejando un beso en ese lugar.

-Tú no querías terminar conmigo, Tzuyu fue quien te metió cosas en la cabeza- Gruño por lo bajo mientras posaba sus manos sobre la cintura de la pelinegra -Sigo teniendo el mismo poder sobre ti, sé que no me has superado- Comentó con diversión al notar el cuerpo de Soyeon reaccionar ante sus toques.

-Gaeul, por favor…- La menor odiaba realmente su cuerpo en esos momentos, no podía creerse que enserio la estuviera doblegando sin hacer la gran cosa.

-Tú eres mía- Murmuró Gaeul, para después tomar el rostro de la pelinegra y juntar sus labios, en brusco beso.

Soyeon luchó durante unos segundos para intentar quitársela de encima, sin embargo, al paso de los segundos terminó correspondiéndole de igual manera el beso.

-¿Ves?- La rubia apretó con un poco de fuerza la cintura de la menor mientras la atraía mucho más a su cuerpo, dejando esta vez un beso en la oreja de la pelinegra -Tu cuerpo sigue queriéndome.

Soyeon tomó un par de fuertes respiraciones, tratando de recuperar el aliento después de semejante beso.

-Tienes razón, puede que mi cuerpo te necesite- Una sonrisa se formó en el rostro de la rubia al escuchar esa frase de parte de Soyeon -Pero aquí- La pelinegra apuntó a su corazón -Ya no quiero volver a sentirte nunca más.

La sonrisa en el rostro de Gaeul desapareció rápidamente.

-Soyeon…- Colocó una mano sobre la mejilla de la menor -No puedes decirme eso.

-Sí que puedo- Soyeon movió su cabeza hacia un lado y empujó suavemente el cuerpo de la rubia -Así que te pido que no vuelvas a hacer esto- Intentó caminar de regreso hacia su auto pero nuevamente fue jalada con fuerza, haciéndola volver a la posición que estaban anteriormente.

-Tú no puedes hacerme esto. Yo te amo- La tomó por los brazos, aplicando mas fuerza que en la anterior ocasión.

-Gaeul, me estás haciendo daño- La pelinegra hizo una mueca al sentir las uñas de la rubia clavarse con fuerza en sus brazos -Suéltame- Demandó, sin embargo, Gaeul no la liberó de su agarre.

PRODIGY °SOQI°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora