•FINAL•

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-¿Me trajiste hasta aquí para recordarme todo lo malo que hice?- Shuhua sonrió suavemente mientras caminaba un par de metros más al interior del salón.

-No estoy tratando de hacerte sentir culpable- Le respondió mientras daba la vuelta, mirando a Soojin acercándose los pocos metros que las separaban -Conocí a Miyeon en este lugar, también me trae buenos recuerdos aunque no lo creas.

-¿Por qué decidiste hablar conmigo después de haberme rechazado en tantas ocasiones?

-Me ire a vivir a Taiwán- Respondió suavemente, provocando que los ojos de la peliazul se abrieran ligeramente.

-¿Qué?- Preguntó con miedo, negando suavemente con la cabeza ante la idea de no volver a ver a Shuhua nunca más -No puedes hacer eso.

-Sí que puedo hacerlo- Sonrió suavemente -Tienes que entenderme Soojin. Ya no me queda nada aquí- Bajó ligeramente la cabeza -La única persona por la que estaba dispuesta a quedarme...

-Te fallé. Lo sé- La cortó la mayor con voz suave, quien sin poder evitarlo colocó una mano sobre el rostro de la pelinegra -Pero yo...- Pasó saliva ligeramente -Me di cuenta de que realmente...

-Cuando amas a alguien- Esta vez fue Shuhua quien cortó la frase de Soojin. Negándose absolutamente a escuchar esas palabras salir la boca de la persona frente a ella sin sentir que su mundo se venía abajo -Haces todo lo posible porque funcione- La acusó con la mirada, sintiéndose herida nuevamente cuando recordó lo que había pasado hace un par de semanas -No lo tiras por la borda de una manera tan estúpida como engañándola.

-Shuhua- La peliazul pudo notar como la mirada de la menor se entristecía al decir aquello. Haciéndola sentir cada vez peor -Yo lo lamento tanto.

-No creo que ahora debas disculparte- Shuhua movió su rostro ligeramente para que la mayor dejará de tocarla -Debiste pensar en las consecuencias cuando lo hiciste. Ahora ya es muy tarde.

-Puedo cambiar- Le dijo Soojin con voz desesperada, esta vez posando sus manos sobre los hombros de la pelinegra, dejándole ver realmente lo afectada que estaba -Yo... puedo enmendarlo. Yo te amo. Por favor no me dejes.

Shuhua sonrió suavemente cuando vio como las lágrimas empezaban a salir de los ojos de la mayor, sintiendo como incluso ella estaba empezando a derramar un par de lagrimas.

Realmente le había dolido más de lo que pensaba escucharla decir esas palabras.

Hubiera hecho tanto por ella. Estaba dispuesta a poner el mundo a sus pies si se lo pedía, pero ahora... Después de haberla dañado de esa manera. No le veía un significado real a sus palabras.

-Creo en tus palabras- Habló con voz suave después de tomar una fuerte respiración, colocando en esta ocasión sus manos sobre el rostro de la peliazul -Yo también te amo.

Una pequeña chispa de esperanza apareció de la nada en el rostro de Soojin al escuchar esas palabras tan sinceras salir de la boca de Shuhua.

Todo su cuerpo reaccionó. Se sentían tan bien. Quería escucharlas de nuevo.

-Pero no puedo perdonarte...

La felicidad duró poco en el rostro de Soojin al escuchar esas palabras por parte de la pelinegra nuevamente.

-Me lastimaste, y yo...- Pasó saliva ligeramente -No estoy preparada para sufrir un dolor mas.

-Puedo hacerlo bien Shuhua. Dame otra oportunidad. Te juró que puedo hacerte feliz- Volvió a pedir la mayor mientras posaba sus manos sobre las de la pelinegra.

-Esas palabras...- Sonrió suavemente -Hubiera deseado tanto poder escucharlas hace un tiempo. Aunque me estuvieras siendo infiel, me hubieran hecho sentir la mujer más feliz de todo el planeta con unas simples palabras, pero ahora ya no tienen el mismo significado Soojin.

PRODIGY °SOQI°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora