Phoenix estaba siendo destruido a manos de un tirano desde hace siglos atrás, sin embargo, una luna brillante de color azul les había dado un ápice de esperanza, dándoles un nuevo aviso.
La vieja profecía estaba por cumplirse.
"¡Alégrate, Phoenix! C...
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—Está despertando, apártense para que el oxígeno fluya a sus pulmones con normalidad.
BonHwa abrió sus ojos con lentitud, la luz que se colaba por las cortinas lastimaban sus ojos. Parpadeó un par de veces para acostumbrarse de nuevo a los rayos del sol y se sentó con suavidad en su cama. Pudo notar que todos se hallaban en la habitación, excepto Taehyung, también pudo percatarse de las ojeras tan pronunciadas que adornaban el rostro de su alfa y de los labios tan lastimados de SeokJin, supuso que estaba tan ansioso que recurrió a ello para tranquilizarse. Sonrió débilmente y suspiró agotada.
—¿Cómo se siente, majestad? – NamJoon miraba atento ante cualquier malestar de la omega.
—Estoy...– ella calló un momento – bien.
—No debiste exponerte así, Bon – SeokJin se acercó a ella y la abrazó con delicadeza – no me vuelvas a asustar así, por favor. Si algo te pasara no se que haría.
—Descuida, creo que el que aún no tengo control de mis poderes no fue nada favorable para mí cuerpo y por eso reaccioné así – ella sonrió, miró de reojo a Jimin. Parecía perdido en su mente y sus pensamientos, causándole intriga. Miró a SeokJin y se aproximó a su oído – ¿Podrías dejarnos solos un momento?
Él asintió, tiró de la camisa de Namjoon y con una reverencia ambos se retiraron. Jimin parpadeó en cuanto BonHwa le roció un poco de agua de rosas en su cara. Se acercó a su cama y se sentó en la orilla más cercana a ella.
—¿Qué ocurrió? – habló la omega seria – y no me digas que nada, porque por poco te matan.
—Es algo que aún no termino de procesar, Bon – el alfa sintió como un nudo en su garganta se instaló – quisiera decirte que todo es un mal sueño y que nunca pasó ésto.
—¿Qué ocurrió, Jimin? – repitió la chica – dímelo.
—Taehyung me traicionó – Jimin le miró – quería asesinarme y darle mi cabeza como trofeo a los guardias de Timoría.
—¿Ésto es una broma?
—No lo es – habló con frialdad el alfa – yo mismo lo escuché cuando lo seguí al bosque.
—Pero, ¿No te escondiste bien? – BonHwa estaba confundida – ¿Cómo es que ellos pudieron encontrarte? ¿Fue por tu aroma?
—En realidad no, estaban a punto de matar a Taehyung cuando por instinto lo cubrí con mi espada – Jimin comenzó a juguetear con sus manos – quizás, la espada de tu padre.
—¡Jimin, esa espada es una reliquia familiar! – espetó molesta la omega – ¡¿Te atreviste a tocar y agarrar sin mi permiso algo tan importante y sagrado para el reino como eso?!
—¡Y créeme que lo lamento! – Jimin colocó sus manos en los hombros de BonHwa – pero en serio la necesitaba. Si te hace sentir menos molesta, la puse de nuevo en su lugar.
