—El congreso ha aprobado la ley, majestad – el anciano acercó a la Alfa un pergamino color dorado. La mujer leyó con orgullo aquella frase que estaba escrita.
"Todos los ciudadanos de Timoría están obligados a mantener un estatus social elevado y comportamientos parciales ante los demás para pertenecer al reino. De no ser así, serán exiliados, o en el peor de los casos, asesinados por incumplir la ley"
—SoRa, ¿Te das cuenta la nación de porquería que estás formando? – Yeon se acercó a su esposa – ¿Hablaste de ésto con Jimin?
—¿Tengo que hacerlo? - el olor a almizcle de la Alfa aterrorizó al Omega con aroma a vainilla – Jimin es igual de patético que tú. Es tan débil como todo tu linaje.
—La bondad no significa debilidad, SoRa – todo el Parlamento presente abrieron sus bocas sorprendidos. Un omega no debía oponerse a lo que decía su Alfa.
La mujer lo tomó del cuello azotándolo en la pared.
—Jamás, pero jamás, vuelvas a contradecirme, Yeon – los ojos verdes de la Alfa comenzaban a brillar – no me importaría asesinarte frente a todo el reino si incumples la ley.
—¡Suéltalo, madre! – Jimin llegó al lugar con la rabia recorriendo su ser. El Alfa había escuchado el alboroto del que todo el castillo hablaba – te recuerdo que si desaparece él, vas a desaparecer tú, ¿Olvidaste que son predestinados?
—Lárgate Jimin, ésto no te compete.
—Soy el príncipe heredero de Timoría, tú hijo, puedo desafiarte si lo deseo – los ojos de Jimin comenzaban a brillar de color dorado, el jengibre y el almizcle comenzaban a impregnar la habitación.
SoRa soltó a su omega para tomar su forma lobuna. Yeon les decía a todos que evacuaran antes de que todo empeorara, mientras que Jimin también dejó salir su lobo interior.
Un lobo negro de ojos verdes brillantes caminó hasta Yeon, sin embargo, aquel lobo de tonalidades marrón y ojos dorados le empujó hacia la entrada, alejándolo de su Alfa.
Ambos mostraban sus caninos y se miraban fijamente. El primer paso lo dió la alfa, aventando su musculoso al de su hijo, entre mordidas y gruñidos pudo sacársela de encima. Los gruñidos resonaban por todo el castillo, aturdiendo a todos. Taehyung corrió hasta la sala del Parlamento en cuanto el rey le llamó.
—Tú puedes hacer entrar en razón a Jimin – Yeon tomó las manos del joven alfa – hazlo por favor.
—M-Majestad yo...– Yeon le interrumpió.
—¡Házlo antes de que se maten!
Para cuándo Taehyung entró, SoRa tenía completamente sometido a Jimin. Él sangraba en la parte superior de su lomo, de dos de sus patas y tenía una contundente mordida en la oreja izquierda de la cual brotaba un hilo de sangre fresca.
—No te metas en mis asuntos, Jimin – habló la reina a su hijo – no querrás que vuelva a castigarte.
—No te tengo miedo madre – Jimin chilló cuando sintió que una de las patas de la alfa se encrustó en sus costillas – no seré tu títere.
En un abrir y cerrar de ojos Jimin estaba sobre el cuerpo de su madre, rasgando su rostro y mordiendo ferozmente su lomo.
—¡No sabes lo que estás haciendo, Park Jimin!
—No creas que la bondad es signo de debilidad, SoRa – Jimin gruñó mostrando nuevamente sus dientes – no me creas incapaz de matar ni tan siquiera a una mosca. Soy mucho más que un alfa de sentimientos buenos, tú te encargaste de hacerme el feroz alfa que puedo ser.
La alfa quedó totalmente atónita. Jamás había visto brillar los ojos de Jimin con tal intensidad, y estaba totalmente aterrada, recordando lo que había leído días atrás en la reserva prohibida.
"Tú, alfa de brillantes ojos dorados, serás el salvador de una nación, serás el comienzo de una nueva era. Una dónde la esclavitud no tendrá lugar alguno y gobernarás con una omega de alma guerrera y digna de alabanza, esa omega que posee el más grande de los poderes, aquella que está amparada por la diosa luna. A su lado forjarán el más grande de los reinos que pudiera existir en toda la historia."
—¡Jimin, basta! – la voz de Taehyung trajo de vuelta a la realidad al alfa. Había descargado años de sufrimiento y dolor en ese preciso momento. Pronto volvió a su forma humana, quedando completamente desnudo, dejando expuestas sus heridas.
—Tae...– intentó levantarse pero instantáneamente se desvaneció en el suelo.
—¡Traigan a un médico para el príncipe, rápido! – Taehyung gritó – ¡Agilísen ésto, señores!
Todos los guardias se movían de un lado al otro, el príncipe era igual de amado y respetado que el rey y procuraban su bienestar a toda costa.
SoRa también había vuelto a su forma humana, sin embargo, nadie ponía atención a sus heridas. Su omega se acercó a ella con algunos ungüentos y pequeños retazos de tela.
—Vete Yeon – SoRa se abrazó a sí misma – vete.
—Deja que te cure – ella negó con los ojos brillosos.
—Lárgate, Omega – el hombre sintió su cuerpo temblar al escuchar la voz de mando de su Alfa. Optó por dejar en el suelo lo que traía en las manos e irse con la cabeza gacha.
Las palabras de Jimin rondaban en su mente como una canica.
"Eres frívola, despiadada y sin compasión. En cualquier momento, yo gobernaré y tu legado de porquería será destruido"
—Eres una amenaza, Park Jimin – susurró la Alfa – tú y tu maldito padre son un gran estorbo, y no permitiré que me roben mi reino.
Gracias por el apoyo y los comentarios bonitos. ❤️
Espero que les esté agradando la historia. ❤️
Por la noche estaré actualizando Your Eyes Tell y Sour Revenge. ¡Estén atentos!
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Kingdom » PJM
Historical FictionPhoenix estaba siendo destruido a manos de un tirano desde hace siglos atrás, sin embargo, una luna brillante de color azul les había dado un ápice de esperanza, dándoles un nuevo aviso. La vieja profecía estaba por cumplirse. "¡Alégrate, Phoenix! C...