Phoenix estaba siendo destruido a manos de un tirano desde hace siglos atrás, sin embargo, una luna brillante de color azul les había dado un ápice de esperanza, dándoles un nuevo aviso.
La vieja profecía estaba por cumplirse.
"¡Alégrate, Phoenix! C...
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-Dios, que difícil es ésto, Jimin.
-Pero vamos, eres la chica más poderosa que conozco - Jimin sonrió - no debería ser difícil para ti.
-¡Eso me hace sentir con un peso enorme! - BonHwa sonrió.
Ambos jóvenes se hallaban recostados en la cama y abrazados en la alcoba de la omega. BonHwa tenía su cabeza en el pecho de Jimin, mientras este último acariciaba su cabello con suavidad. Habían abierto la ventana para observar el atardecer y que el aire se colara para refrescarles del día tan agotador para ambos.
-Hemos tenido tanta paz, que eso me asusta.
-Deberías estar feliz con eso, ¿No? - la omega miró como los ojos de Jimin se llenaron de agua - Jimin, ¿Qué te ocurre?
-Son muchas situaciones, Bon - cerró sus ojos dejando caer las lágrimas - extraño a mi padre, extraño a Taehyung y extraño la paz. Los miedos que había escondido durante toda mi vida me están acechando ahora, ahora con más intensidad porque te tengo a mi lado.
-Puedo entender tu dolor - ella sonrió melancólica - mis padres eran un pilar fundamental en mi vida y perderlos me derrumbó por completo, me llenó de inseguridades y de miedos, pero ya no tengo miedo, ni inseguridad. Soy a prueba de todo.
-Quisiera que todo hubiese sido diferente - Jimin sorbió su nariz - yo sólo quiero ser feliz.
-Y lo serás, sólo tenemos que resistir un poco más - ella se levantó y se colocó arriba de él, junto sus rostros y se atrevió a hablar en sus labios - seamos felices, Jimin.
-Te quiero, BonHwa - habló con voz ronca el alfa - jamás te vayas de mi lado.
Ambos unieron sus labios en un cálido beso, sus movimientos eran lentos y suaves, disfrutando segundo a segundo el sabor y la calidez del otro. Jimin colocó una de sus manos en la cintura de BonHwa y la otra en su nuca para poder profundizar en su boca. Trataba de controlar sus instintos, pues su alfa le pedía a gritos que la tomara y la hiciera su omega como debía de ser, sin embargo, era un momento que quería reservar para una ocasión especial. No pudo evitar repartir alguno besos en su cuello e incluso lamerlo un poco, algo que a la omega le fascinaba. Ella deseaba que Jimin le tomara, pero no se sentía lista para ello, prefería mantener los roces y besos hasta que la diosa luna le indicara que era el momento perfecto. Las feromonas de ambos comenzaban a acelerarse y a mezclarse de forma particular en la habitación, el sol les iluminaba haciendo el momento aún más especial. El alfa decidió cambiar de posiciones y ahora él se hallaba sobre la omega, se vieron a los ojos y gracias a la iluminación natural, en los ojos de ambos podían observar un destello verde brillante, a lo que sonrieron y concretaron nuevamente un beso. Al separarse, Jimin lamió una parte del blanquecino cuello de BonHwa y relamiendo su dentadura, enterró levemente sus colmillos. La Omega soltó un pequeño grito, tomando con fuerza los brazos de Jimin. Los ojos de ambos comenzaron a cambiar ligeramente de color, manteniéndose aún en su tono original pero ésta vez con tonalidades verdes, como los que habían visto momentos antes.
