V E I N T I C I N C O

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Sus lágrimas no cesaban por ningún motivo, sentía una presión en el pecho que no le dejaba respirar y sus manos temblaban ligeramente

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Sus lágrimas no cesaban por ningún motivo, sentía una presión en el pecho que no le dejaba respirar y sus manos temblaban ligeramente. Se había encerrado en el establo del castillo sin avisarle a nadie, necesitaba estar sola y aclarar su mente, se preguntaba una y otra vez el porque de la actitud de Jimin. Se sentía confundida acerca de la autenticidad de los sentimientos del rey Yeon, prácticamente un día atrás le aprobaba para que Jimin y ella fuesen los salvadores y los nuevos monarcas de éstos tres grandes imperios, y hoy simplemente le imponía a su alfa ideas ridículas en el cerebro. Se sentía decepcionada y abandonada, aunque sabía que no estaría sola y que tendría el apoyo de todos, sin embargo, el apoyo que ella más necesitaba y que más anhelaba era el de Jimin, su alfa.

Inhaló y exhaló varias veces intentando regular su llanto, pero todo resultó en vano en cuanto sintió aquella marca en su cuello totalmente cicatrizada. Recordó los momentos de diversión, las caricias, los roces y los besos tan exquisitos que compartía con él, ella le había abierto el corazón que había mantenido cerrado por muchos años desde que tomó el mando de Hilgrand y Jimin se encargó de fracturarlo en menos de un minuto. Escuchó como SeokJin la buscaba por todas partes pero había tomado algunos supresores para neutralizar su aroma y no la pudiera encontrar.

—¿Está bien, majestad? – giró su rostro y pudo observar la delgada silueta de Jungkook. Limpió su rostro y asintió mientras se levantaba del suelo.

—Si, Jungkook, gracias por preguntar – sacudió su vestimenta e hizo una pequeña reverencia, caminando a un lado de él, no obstante, inconscientemente el chico le tomó suavemente del brazo.

—Majestad, yo...– guardó silencio un momento – sé que está pasando por un momento difícil, sé lo que ha pasado entre el príncipe Jimin y usted.

—¿Me espiaste? – ella le miró con molestia para después soltarse con fuerza de agarre en su brazo – ¿Tuviste la osadía de espiar a dos personas de la realeza?

—No lo malinterprete, yo solo pasaba por ahí y los oí discutir – Jungkook hizo una reverencia a modo de disculpa – reina Bae, sé que es muy pronto para decirlo, pero mi lobo interior se alegra en cuanto la ve. No estoy buscando que corresponda mis sentimientos porque sé que su predestinado es el príncipe y a pesar de todo lo ama, pero deseo poder ayudarle para que Phoenix sea libre y feliz. Sería como una cura para mí corazón si usted aceptara mi ayuda.

BonHwa no sabía que decir, estaba estupefacta ante tal confesión, sobretodo porque había convivido de manera muy neutral con el chico. Ella suspiró y le miró con parcialidad.

—Mi cabeza no está ahorita para tomar decisiones, sin embargo, te agradezco la sinceridad y el apoyo incondicional a tu nación – BonHwa agachó su mirada – necesito un momento a solas, ¿Podrías retirarte, por favor?

El asintió, yéndose en silencio. BonHwa sintió sus ojos picar de nuevo y gritó con frustración, su cabeza comenzaba a doler y los mareos a atacar su cabeza, colocó sus manos en la misma y empezó a jadear. Los dolores eran fuertes y no cesaban, sintió cómo su cuerpo se estaba debilitando segundo a segundo, generándole un poco de temor. Sus párpados le pesaban y no podría mantenerlos abiertos por mucho tiempo más, así que simplemente se dejó caer en el suelo, perdiendo la inconsciencia acompañada de la voz de una mujer.

Kingdom » PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora