Phoenix estaba siendo destruido a manos de un tirano desde hace siglos atrás, sin embargo, una luna brillante de color azul les había dado un ápice de esperanza, dándoles un nuevo aviso.
La vieja profecía estaba por cumplirse.
"¡Alégrate, Phoenix! C...
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—¡BonHwa! – SeokJin corrió detrás de ella antes de que se metiera a su habitación – ¡BonHwa!
Estaba asustada, los supresores había dejado de funcionar mientras saludaba a su pueblo y muchos alfas se acercaron a ella con intenciones no muy favorables, y no porque intencionalmente quisieran hacerlo, sino que sus instintos eras más fuertes que su parte racional.
Huyó sin decir nada, completamente presa del pánico. Una anciana alertó a SeokJin de la situación, corriendo detrás de ella como si no hubiese mañana, tratando de alcanzarla.
—¡Vete, SeokJin!
Temblaba de miedo y de excitación en medio de su cama, un calor abundante recorría todo su cuerpo, haciéndola sentir incómoda.
—Bon, por favor, déjame cuidarte – rogaba el beta detrás de la puerta – no seas tan terca.
—¡Te dije que te fueras! – SeokJin oía como la omega gemía en busca de satisfacer sus deseos carnales.
Suspiró decaído, serían dos días realmente duros.
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—Debemos invadir Hilgrand, majestad – el joven beta le entregó algunos pergaminos a JiHwan – debemos hundirlos para destrozar el clan Bae.
—Pero, tienen seguridad por todos lados, ¿Cómo lo lograrán?
—De eso me encargo yo, SooBin – el rey le habló a su hijo para después mirar al beta – eres astuto, HyunJin.
El joven hizo una reverencia.
—Sólo hago mi trabajo, mi rey – Hwang suspiró.
—P-Padre, ya tenemos convenios con Northon y con Golmora – YeonJun, el mayor de los hermanos Choi habló – Hilgrand es una presa grande, ni Kakaoti ha querido invadir, ¿Por qué nosotros que somos una nación desconocida?
El gran alfa se acercó al rubio, enrollando su mano en su delgado cuello.
—Eres el heredero de éste reino, YeonJun – habló JiHwan – ni siquiera eres un alfa de sangre pura para poder cuestionar mis decisiones. Deberías de estar agradecido con tu padre por prepararte éste lugar.
—Padre, por favor - un joven omega intervino – me disculpo por mi hermano, pero libéralo, le estás asfixiando.
—BeomGyu, ¿Te pondrás en su lugar? – su padre miró a los tres hermanos, suspirando – y pensar que todos salieron a su patética madre.
JiHwan retiró su mano del cuello, dejando caer a el chico de bruces al suelo.
—¡Señor, señor, señor! – un guardia real se acercó a ellos corriendo – ¡Ha llegado una carta de Timoría!
—¿T-Timoría? – SooBin estaba sorprendido – ¿De verdad llegó una carta?
—Los quiero a todos afuera, son asuntos reales que no deberían de saber.
A disgusto, abandonaron la alcoba donde se hallaban, Choi estaba feliz de que una de sus más grandes aliadas recordara que tenía amigos. Desenrolló el amarillento pergamino y se alegró de que no era una broma cuando vió el sello real de Timoría.
Querido JiHwan.
Tanto tiempo sin saber de tí, ¿Qué tal está tu reino? Bueno, en realidad no me interesa si te estás pudriendo en la miseria, sólo necesito un favor. Necesito que por ningún motivo recibas a mi hijo en tu reino, es un fugitivo ahora.
Si cumples con mi mandato, te recompensaré con algo grande, tienes mi palabra.
Park SoRa.
—¡Qué patética eres, SoRa! – el alfa comenzó a reír – bien, mientras él no se aparezca, seguiré con mis planes.
—Majestad, nos ha llegado información acerca de la reina BonHwa – HyunJin entró con la respiración errática – está en celo, creo que sería maravilloso invadir Hilgrand ahor...
—No, por ahora no – espetó el rey – es riesgoso mientras está en celo, tiene a muchos guardias custodiándola. Supe que en unos días se irá de cacería, ese será el momento propicio.
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