Era de noche, no podía dejar de mirar las estrellas. Se podían escuchar algunos grillos a lo lejos, además de como el viento golpeaba suavemente las hojas de los árboles.
Llevaba dos semanas encerrada en mi "habitación" sin siquiera estar permitida a salir de este, a no ser para solo poder bañarme y hacer mis necesidades, pero más allá lo tenía negado. ¿Por qué? Por no haber obedecido las ordenes de mi padre, alguien quien es muy estricto y que en si está obsesionado con el poder que tengo. Según él, es lo que caracteriza a nuestro clan y que yo por ser la portadora de ese poder, debía mostrarme ante a todos como alguien supremo e inigualable. Pero a mi no me interesaba aquello de mostrar algo que no soy a personas que no conozco y no me interesa conocerlos. Y como hace dos semanas se me pidió mostrar mi poder a una especie de academia de hechicería y me negué rotundamente, me castigaron y torturaron; sí me torturaron de una forma que ningún humano debe experimentar en su vida.
Mientras seguía sumergida en mi mundo escuché unas voces al otro lado de la puerta, se escuchaban un poco alteradas y eso me llamó la atención. En estas dos semanas todo estuvo en calma, solo me hablaban lo justo y necesario así que me extrañaba un poco lo que estaba sucediendo así que lentamente me acerqué a la puerta y apoyé mi oreja para poder oír con mejor claridad.
- ¿Esta seguro que esta vez ella pondrá de su parte? Últimamente no ha acotado las ordenes que ha dado señor. Es más, se ha vuelto más rebelde y ni siquiera a manifestado la maldición que ella posee.
- Lo sé, no me digas algo que tengo bien claro Ryu. Soy el padre de esa mocosa malcriada. -suspiro pesado. – Si mañana no es capaz de manifestar nuevamente la maldición Taiyo to Tsuki, el clan quedara machado por su culpa. Ojalá no lo hubiera heredado ella sino su hermano Natsu.
- Eso es verdad. El tiene unas grandes habilidades de lucha, es inteligente y carismático. Hubiera dejado muy bien parado al clan en frente de la academia Jujutsu.
- Sí, pero no es así. -comentó molesto el mayor.
- ¿Entonces le dirá? Ya sabe, sobre que vendrán de nuevo pero esta vez con nada más ni nada menos que el descendiente del Sugawara no Michizan. El hombre que posee la técnica de la Maldición Ilimitada y del poder de los seis ojos. – dijo alarmado el sirviente.
- No se lo he dicho y tengo mis motivos. Quiero que una vez que ese mocoso se presente mañana le de un buen susto. – rio.
- ¿Y cree que funcioné?
- Pues lo hará, ya que le pedí al director de la academia que le diera la orden a ese niño. Y espero que lo haga o si no tendré que matar a mi hija.
Me alejé rápidamente de la puerta por lo que acababa de oír. ¿En verdad mi padre me iba a matar? ¿Es que acaso no siente nada por mí? ¿Solo soy una herramienta para mi clan?
Mis lagrimas empezaron a salir de mis ojos sin control, estaba lastimada, sola, destruida por dentro. No tenía a nadie a quien acudir, a quien pedir ayuda. La única persona que una vez me dio cariño, amor y consuelo era mi madre, pero por una enfermedad al corazón falleció cuando solo tenía cinco años. Aun recuerdo que mi padre me echaba la culpa por la muerte de mi madre y acusa de eso mi único hermano también, quien es cinco años mayor que yo.
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Al día siguiente me desperté por los rayos del sol que me chocaban directamente a la cara. Me dolían los ojos por todo lo que había llorado anoche, me levanté de mala gana e hice mi cama para luego sentarme en una silla ya que era señal de que estaba lista para ir al baño. Pasaron quince minutos hasta que la puerta de mi habitación se abrió para ver a una de las tantas sirvientas que trabajan para mi padre.

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Jujutsu Kaisen - Taiyo to Tsuki
FanfictionGushiken Haruka, heredera de la maldición Taiyo to Tsuki 太陽と月 (Sol y Luna). Encerrada en su hogar por desobedecer a su padre, esta es castigada y torturada por no haber quedado bien ante la Academia Jujutsu de Tokio. Ante un acto de rebeldía ella no...