38- Declaración

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Reiju caminaba tranquilamente por los amplios pasillos adornados de alfombra roja hasta que su paso se detuvo al oír un suspiro procedente de unas de las habitaciones de aquel pasillo.

Entornó de forma silenciosa la puerta pudiendo ver el interior de aquella habitación, la cual pertenecía a Ichiji. El cual estaba frente al armario mirándolo de forma poco amigable, a su lado, en su cama se encontraba abierta una maleta negra con varias prendas esparcidas sin doblar.

Reiju- ¿Esa tarea no formaba parte del servicio? -dijo entrando a la habitación.

Ichiji- Esto no se le puede dejar al servicio... esto es importante. -dijo convencido sin despegar la mirada de su armario. - Debo causar buena impresión a (Tn)... 

Reiju - Todas tus ropas son de marca... -susurró tomando una blusa blanca de seda.

Ichiji la miró y luego a la blusa que tomó. 

Ichiji- Con esa me dijo (Tn) que iba lindo... -susurró. - Y con esta otra... -dijo tomando una color rojo. - Dijo que me veía bien. 

Reiju lo miró intentando reprimir una risa, no quería molestar a su hermano. Desde que tuvo el pasaje de avión deambulaba por los pasillos y habitaciones nervioso, algo poco normal en un hombre exitoso de negocios como él. Recordó como el día anterior a una reunión de suma importancia que proporcionaría un nuevo rumbo en la empresa familiar, en ningún momento se mostró nervioso, muy al contrario a como se encontraba en ese momento.

Para él, su corazón late más deprisa ante (Tn) que ante una reunión de negocios.

Reiju- ¿Y sabes ya que le dirás? -preguntó sentándose en el único espacio de la cama en el que no había ropa.

Ichiji meditó aquella pregunta durante unos segundos.

Ichiji- No. -respondió. -Supongo que... me dejaré llevar.

Mientras tanto...

(Tn) se encontraba en la habitación de la farmacia que Kureha tenía habilitado para el descanso, el cual venía muy bien para la largas tardes en las que nadie iba.

Se sentó en una de las sillas mientras esperaba a que su café terminase de calentar, quedaba una hora para el cierre y la joven ya sentía los ojos cerrarse, algo que quería evitar. Había quedado con Sabo para cenar y lo último que quería era quedarse dormida en su cita. 

El pitido de la cafetera sonó y la joven se levantó a retirar su taza ya llena de humeante café a la vez que una vibración en su bolsillo la distraía.

Tomó su celular viendo una notificación procedente del chat de Nami. 

Fue a deslizar la pantalla cuando un mensaje con una señal de emergencia apareció en su pantalla acompañada de un estridente sonido de alarma. Algo que hizo que la mano con la que sostenía el café se sacudiera violentamente echándose el café encima del jersey.

(Tn)- ¡OH venga ya! -dijo frustrada viendo su mancha mientras sentía que se quemaba. -Soltó la taza y el celular y tomó una servilleta, levantó su jersey y empezó a limpiar su piel.

Miró hacía el celular, el cual tenía la pantalla en negro y dejó de emitir ese sonido. Dejó el jersey, por el cual ya no se podía hacer nada y tomó el celular, el cual no respondía a las insistencias de la chica por encenderlo.

(Tn)- Tenía un 80% aún... -susurró confusa. 

Pasó su mirada por aquella sala en la busca de un cargador, pero aquello ya era pedir demasiado. Suspiró y volvió a mirar su jersey, se retiró la bata también manchada y el estropicio que había hecho en el suelo de café. Tomó varios paños y comenzó a limpiar aquello poniendo la taza para lavar, aún sin llegar a comprender el significado de aquel sonido ni la señal de emergencia. 

Hasta que te conocí (Sabo y tú) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora