58- Nos veremos en la siguiente vida

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NOTA:

Hola, soy la escritora de esta historia, antes de dejaros con el capítulo he de confesar que por primera vez escribiendo, he empezado a llorar mientras lo hacía. Considero que quizás haya sido por escuchar música triste de fondo pero ha sido un capítulo muy emotivo de escribir.

También deciros que al final de este capítulo teneís un aviso muy importante.

Disfrutad de la lectura.

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La punta de la fina aguja desacansaba sobre la superficie de la piel de la joven, la cual permanecía plácidamente dormida ajena a la presencía que había a su lado. Aquel joven de pelo rojizo había aprendido a moverse en silencio mientras ella dormia, recordando las múltiples veces en las que él se quedaba con la chica en su departamento los días que pasaba en la ciudad y que, a pesar de tener una larga noche de trabajo, prefería pasarla con ella viéndola dormir mientras trabajaba, sintiendo su presencia dormida a su lado. Aprendiendo de esta forma a moverse silenciosamente, a teclear en el ordenador sin hacer mucho ruido. Recordaba las primeras veces en las que aún no dominaba el arte de escribir en el teclado sin hacer ruido, provocando que la joven se estirase a su lado y abriera los ojos perezosamente viéndolo trabajar y preguntándole si no tenía sueño. Él tan solo se limitaba a sonreir mientras la joven lo abrazaba ocultando su rostro entre las sabanas de la cama y el costado de él desnudo, provocando en chico una intensidad de emociones.

Quería volver a experimentar aquellos momentos, quería volver a sentir lo que era sentir ese amor, sentir que alguien realmente te amaba a ti y no a tu posición, no a tu dinero ni a tu poder. Solamente a ti, a tu alma desnuda sin pertenencias materiales. Quería volver a sentir el dulzor y la suave compañía de la joven cuya presencia era capaz de encender esos días grises en su vida.

Las gotas de color rojo intenso y brillante de aquel líquido que su hermano mandó a hacer únicamente para él, cayeron sobre la piel de la joven, provocando que estas siguieran su trayectoria hacia el suelo, dejando en el un diminuto charco rojizo.

No podía.

No podía hacer aquello.

No podía obligar a la joven a volver a amarlo.

Aquello no sería el amor que él deseaba, no sería aquel amor con el que ella lo miraba antes, no sería aquel amor con el que ella lo besaba antes. 

Sería un amor artificial, un amor obligado.

Un amor que no era real.

Y sentía, que de cierta forma haciendo aquello, estaría decepcionando y traicionando a (Tn). 

Traicionando los deseos de la primera y única mujer a la que llegó a amar.

Se mordío el labio viendo como había expulsado la jeringuilla todo el líquido, el cual fue desperdiciado en el suelo.

Sacó de su bolsillo un pañuelo y sin más, lo limpió y salió de allí en silencio.

Mientras tanto...

Sabo esa noche no bajó a cenar, no se sentía bien tras lo que oyó decir a Luffy en la videollamada. Tan solo se duchó con la esperanza de que el agua caliente le ayudase a sentirse mejor, algo que en parte si resultó dando resultados positivos, pero aún seguía sintiendo una punzada en su pecho al recordar aquellas palabras en las que su hermano afirmaba que (Tn) era feliz con Ichiji en París.

Hasta que te conocí (Sabo y tú) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora