28- Sanando heridas

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(Tn) se dejó caer en la cama sonriendo, la noche había ido bien, al menos eso sentía ella.

Eran las una de la madrugada, Sabo la llevó a su restaurante favorito, en el cual él reservó una mesa frente a un ventanal que daba al mar. No recordó el momento donde habló de su lugar favorito para comer, quizás fue suerte o Ace le comentó sobre ello. Aunque fuera como fuese ella no le dio la suficiente importancia.

Hablaron durante toda la velada, el silencio nunca se hizo presente en todo el rato en el que estuvieron juntos. Sabo siempre sacaba un tema de conversación si ella se quedaba unos segundos en silencio sin saber que decir o simplemente para comer. Tras la cena pasearon por el paseo marítimo y tras una hora paseando y charlando él la llevó a casa.

Nami y Robin tenían razón, Sabo era un chico muy caballeroso y amable. No pudo conocer esas facetas antes, dado que él se alejó de ella y antes apenas le hablaba. Pero no se arrepintió de haber quedado con él. La incertidumbre que sentía antes con aquella cita se desvaneció con forme iba pasando el tiempo a su lado.

Miró el techo dando un suspiro, a pesar de las horas no tenía sueño, lo había pasado muy bien y aún estaba nerviosa por haber estado con el chico, lo cual le impedía poder relajarse y conciliar el sueño.

Suspiró un poco y se levantó de la cama y caminó en dirección al baño.

En ese mismo momento...

Sabo abrió la puerta de casa, viendo como una suave luz proveniente del salón iluminaba parte del pasillo al que accedió.

Cerró con llave la puerta, se quitó el abrigo colgándolo en el perchero que había en la pared y caminó hacia el salón, viendo una silueta sentada en el sillón que daba cara hacía el punto donde él estaba.

Sabo- Hola. -saludó extrañado.

Ace- ¿Y bien?, ¿Qué tal ha ido?, ¿la dejaste en casa?, ¿qué hicisteis después?. -preguntó impaciente sin devolver el saludo a su hermano.

Sabo- Ha ido bien. -respondió sin evitar esbozar una sonrisa recordando a la chica.  - La dejé en casa y fuimos a pasear por la playa después de cenar. -Ace lo miró atento a los ojos. - ¿Algo más que quieras saber?

Ace- ¿Se lo ha pasado bien?, ¿ha sonreído mientras estaba contigo?.

Sabo sonrió y asintió. -Si... tiene una bonita sonrisa. -le informó caminando hacía las escaleras. - Y tranquilo, (Tn) está bien.

Ace- ¿Y tú?. -preguntó viendo como su hermano caminaba hacia las escaleras. -¿Lo has pasado bien?... ¿estás bien?.

Sabo lo miró sin borrar su sonrisa. - Hacía mucho que no sonreía por tanto tiempo seguido.

Ace sonrió ante aquella respuesta sintiéndose aliviado y feliz por él mientras lo veía subir las escaleras.

Sabo cerró la puerta de su habitación a sus espaldas mientras se recostaba en ella suspirando esbozando una sonrisa. No lo había pasado tan bien en mucho tiempo, notó más esa felicidad tras haber pasado por las terapias que le dio Law, las cuales le hicieron pasar un verdadero infierno.

Hacer regresiones, recordar cada segundo de ese periodo horrible de su vida para intentar desentrañar sus recuerdos en busca del origen de su depresión le había hecho pasar momentos de verdadero desespero, pero poco a poco podía notar una cierta mejoría. Pudo comprenderse mejor, pudo entender el motivo por el cual su mente actuaba así, pero aún le quedaba mucho trabajo por delante.

Bajó la mirada hacia sus pies y caminó hacia el espejo. La habitación estaba iluminada por las sutiles luces de la noche que entraban por la ventana, pero eran suficientes para poder ver su rostro en el espejo.

Hasta que te conocí (Sabo y tú) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora