Hasta que te conocí (Sabo y tú) [FINALIZADA]

8- No sin mi pizza

La chica se encontraba en su habitación tendida en la cama con la cara hundida en la almohada. Desde que llegó hace unas horas no había dejado de llorar.

No podía creer lo que acaba de ocurrir. Ace, su mejor amigo, el que había considerado como un hermano, le había dicho que habría sido mejor que no hubiese regresado.

Aquello sin duda le desgarró y rompió el alma, no podía creer que aquello se lo hubiese dicho de aquella forma tan horrible.

Desde que llegó no pudo dejar de llorar, aquello se le hacía demasiado grande para poder lidiar con ello.

Ignoraba cada vez que su móvil sonaba, no estaba para nadie.

No quería ver a nadie.

Pero fue en ese preciso momento cuando llamaron a la puerta.

No se levantó.

El timbre volvió a sonar, pero ella seguía sin moverse.

El timbre nuevamente sonó, esta vez de forma más repetitiva.

La chica suspiró levantándose de la cama, se secó las mejillas y fue hacia allí descalza. Bajó las escaleras, se acercó a la puerta, miró por la mirilla y frunció el ceño extrañada.

Entre abrió la puerta mirando a la otra persona que instantáneamente se preocupó enormemente de ver su rostro rojo de tanto llorar.

(Tn)- ¿Que haces aquí...? -susurró.

Sabo- Quise venir a ver si estabas bien... no respondías mis mensajes... -levantó su mano enseñando una bolsa de tela y sonrió alegre intentando animarla. -Te traje unos dulces.

La chica lo miró sin decir nada y sin darle paso a entrar.

Sabo- ¿Puedo pasar...?

La chica se mordió el labio y se hizo a un lado.

Sabo pasó observando su apartamento por primera vez. Era bastante iluminado, muy del estilo de la chica.

Se quedó observando el apartamento unos segundos para luego volverse hacía la chica, la cual se encontraba con la mirada gacha y sus mejillas rojas de tanto llorar.

Sabo- (Tn)... siento lo de Ace... no sé que ... (Tn)...

La chica empezó a sollozar tapándose rápidamente la cara. 

Sabo dejó los dulces en la mesa y se acercó preocupado.

Sabo- (Tn)...

(Tn)- No me mires así... vete por favor... -susurró.

Sabo- No voy a dejarte así. -susurró acariciándole la cabeza.

La chica lo miró y sin pensarlo dos veces lo abrazó hundiendo su cara en su pecho.

Pasaron un par de horas hasta que la chica se tranquilizó. 

Estaba sentada en el sofá con Sabo, el cual se mantenía en silencio calmando a la chica acariciándole la espalda hasta que su respiración fue calmándose poco a poco.

Sabo- ¿Quieres un dulce?

La chica miró la bolsa que el chico había traido como si estuviese procesando algo.

(Tn)- Sabo.

Sabo- ¿Si?

(Tn)- ¿Cómo sabías donde vivía si nunca te lo dije?

El chico se puso tenso.

¿Cómo le iba a decir que la había seguido hasta su casa sin que ella se diese cuenta?
Lo podía echar de su casa en ese preciso instante y cortar toda relación con él.