Hasta que te conocí (Sabo y tú) [FINALIZADA]

25-Una nueva etapa

Ambos se quedaron mirándose en silencio como si fuesen los únicos en aquella tienda.

No supieron cuanto tiempo se quedaron mirándose el uno al otro, tan solo experimentaron los sentimientos que aquel encuentro le provocaba a cada uno.

(Tn), tras quedarse inmóvil en el sitio pudo mandar la orden a su pierna para guiarla hacia atrás, deseaba salir de aquel contacto visual, sentía las palpitaciones de su corazón en cada punto de su cuerpo y temía comenzar a temblar por ello.

Cerró los ojos y al abrirlos cortó rompió visual que mantenía con el chico desviándo su mirada a sus manos, las cuales agarranban el carrito de la compra, lo empujó y giró hacia el pasillo que tenía a su izquierda perdiendo de vista al chico, el cual sin pensarlo dos veces avanzó por aquel pasillo en dirección hacía donde fue la chica.

Sabo- (Tn)... -susurró cuando pudo ponerse cerca de ella tras esquivar a varios clientes.

La chica se detuvo y giró la cabeza levemente para mirarlo sin decir nada, aún sintiendo su corazón palpitar en la garganta. Estaba nerviosa y temía no poder ocultarlo.

Sabo- Me... me gustaría hablar contigo.

(Tn)- Ahora mismo no tengo tiempo. -respondió con apenas un hilo de voz aún por la impresión de aquel encuentro.

Sabo- Por favor. -insistió sin dejar de mirarla a los ojos.

La chica lo miró por unos segundos y tomó aire por la nariz intentando tranquilizar los nervios que sentía e intentó hablar con una voz menos temblorosa.

(Tn)- Está bien... -dijo esta vez con voz más clara.

Sabo sonrió un poco ante aquella respuesta.

Sabo- ¿Puedo ir a tu casa dentro de una hora? -preguntó. -Necesito hablar contigo de algo importante. -Recalcó al ver el gesto de sorpresa de la chica ante aquella petición, y no era de extrañar. Hacía días, semanas que no tenía una palabra con ella, es normal que aquello le pareciese extraño.

(Tn)- Como quieras. -respondió volviendo a empujar su carrito pero la detuvo la mano del joven agarrando su brazo, lugar donde la chica miró antes de volver a mirar el rostro del rubio.

Sabo- Gracias. -concluyó con una sonrisa tierna antes de soltarla e irse por el pasillo por el que entró perdiéndose entre la gente.

Minutos más tarde la chica llegó a su apartamento, dejó la compra en la mesa de la cocina y se limitó a colocarla en sus respectivos sitios mientras su mente seguía pensando en Sabo.

Tomó el móvil creyendo que el rubio le hubiese mandado un mensaje explicando algo más de su visita, pero no fue así.

Suspiró dejando el móvil en la pesa y miró por la ventana de la cocina.

¿Y si volvía a ocurrir lo de la última vez?, ¿y si la volvía a dejar plantada?.

Por alguna razón no se sintió dolida con aquella idea, ya se había sentido lo suficiente mal en ese momento, ahora estaba sanada y liberada de cualquier malestar que podría volver a provocarle un segundo plantón.

Sabo era un chico curioso, lo sabía desde la primera vez que no lo vio. No se comportaba como sus hermanos, ni como sus amigos ni como cualquier chico de su edad. Tenía una mente más madura, una mirada más analítica, siempre parecía estar ausente y rara vez hablaba fluidamente cuando quedaban todos juntos. Parecía que no estuviese allí en mente.

Cuando Ace le contó lo que le ocurrió, vio comprensible aquel comportamiento, pero no pudo evitar preocuparse por él, aún no había sanado del gran golpe emocional.