We Are One - Kurapika

III.

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Me desharía de todos mis demonios.
Si pudiera limpiar mi alma
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MODERN LONELINESS

La caminata comenzó, en un principio todo parecía ir de forma constante pero después de unos minutos la velocidad fue aumentando.

Por su parte, Mei se encontraba algo alejada de Gon quien había comenzado una amistad con un chico de su edad. Mei estaba encerrada en sus pensamientos, trataba de encontrar una manera de poder mantener el ritmo de la prueba sin tener que gastar todas sus energías, el bebe estaría mal si ella se sintiera mal. Apenas tenía 3 meses y su panza ya comenzaba a crecer poco a poco causandole ciertos dolores debido a su mala condición física.

-¿Estas bien? -Kurapika se acerco preocupado al verla pelear contra su propia resistencia.

Mei volteó ligeramente la cabeza inspeccionando al chico más alto que ella por bastantes centímetros, el chico no llevaba su vestimenta anterior y llevaba unas prendas diferentes, mientras que Leorio se había quitado la camiseta. Se encontraban subiendo las escaleras y Mei ya estaba un poco cansada.

-¿Me preguntas a mí?

No era extraño que ella este confundida, le parecía extraño que alguien no le hablara solo para follar.

-Claro, ¿a quién más?

-L-lo siento... sí.

-¿Estas segura? Si quieres puedo ayudarte en algo.

-¡No! No quiero causar molestias, quiero hacer esto por mi cuenta.

Kurapika se limitó a sonreír cálidamente provocando un ligero rubor en la menor.

-¿Cuántos años tienes?

-Dieciséis... probablemente.

-¿Probablemente? -ante su reacción tensa el decidió no preguntar- Yo tengo diecisiete.

A pesar de su corta conversación para la menor era de sus más largas conversaciones "normales" sin mensajes subidos de tono. Ella estaba feliz de poder hablar con alguien que no fuera Chrollo.

-Si me permites preguntar ¿de dónde vienes?

Mei inmediatamente se tenso mientras comenzó a temblar un poco.

-Lo lamento, no debí preguntar.

-Ella negó- S-solo... solo puedo decir que todo este tiempo he estado escondida.

-Ya veo, esperó tener algún día tu confianza y que puedas decírmelo sin miedo.

Leorio se acerco un poco para escuchar su conversación y por ende termino por preguntar algo.

-Oye ¿porqué usas un collarín de perro?

-¿Perro? -ella no sabía que era eso.

-¿¡No sabes que es un perro!?

-¡Leorio no grites! Si ella quiere usarlo puede hacerlo.