We Are One - Kurapika

XXXIV.

Las ordenes eran claras, aunque estas no le gustaban decidio hacerlas porque no había quien pudiera ayudarla, entonces como Chrollo dijo aquel hombre millonario esta sentado en aquel bar, parecía esperar a alguien de su agradó para poder seducirla y como también decía la información que leyó, con aquellas chicas le gustaba pasar algunos meses donde las complacía con lo que ellas quisieran para después botarlas como si de muñecas se tratasen, otro dato importante es que las llevaba a todos lados sin importar a donde fuera y eso convenía mas para saber la información necesaria para matarlo.

Lo observó mas detenidamente y vio era un hombre corpulento de estatura promedió, también usaba lentes y tenía un gran bigote, no era muy atractivo y tampoco muy feo.

Cuando lo analizó se dio cuenta aquel hombre y le envió una sonrisa, entonces Mei caminó con seguridad hacía el, estaba acostumbrada a usar su cuerpo para atraer a hombre de cualquier tipo y definitivamente era como alguno de los clientes que se topó.

—No se que hace una chica tan bonita en un lugar tan solo, me parecía que estaba observandome.

Primero debía analizar si a aquel hombre le gustaban mas las chicas delicadas o que fueran más difíciles, y para ser exactos en los registros aquel hombre salía con mujeres mas inocentes y menos seductoras, puras.

—Yo... lo siento si lo incomode, si no le gusta mi presencia me iré, no sabía si hablarle o no y... lamento esto -dijo con rapidez y fingida timidez, entonces cuando estaba por levantarse el hombre tomó su mano.

—No tiene porque disculparse, a mi tampoco me gusta estar solo y quisiera la compañía de alguien.

Entonces cuando Mei se sentó ambos siguieron hablando, aquel hombre cayó por completo en los brazos de Mei y sabía que después de que aquel hombre elegía a su víctima le gustaba llevarlas a un hotel, a pesar de saber ya lo que iba a pasar a Mei le daban nervios por lo que pudiera o no pasar.

—Que hermosa noche fue esta señorita Sakura, ya es noche si usted quisiera podríamos ir a mi hotel.

—Yo... no se si ir señor.

—Llámame desde ahora William, si tu no quieres ir esta bien pero sería perder una gran oportunidad, además usted, una señorita tan refinada y hermosa debería estar con alguien a su altura y yo soy el hombre mas indicado para eso Sakura.

—Puede que... puede que quiera ir.

—Eso esta perfecto, dirijamonos ahora mismo al hotel antes de que sea mas tarde.

Ambos entre risas caminaron al estacionamiento y entonces se dirigieron al hotel, uno lujoso llenó de muchas luces y espejos, cuando ambos entraron a la habitación el guardia que estaba con ellos se quedo en la puerta, ambos caminaron hacía la entrada y William dijo.

—No encendamos las luces.

Mei caminó hacía la cama mientras sus piernas temblaban ligeramente, hace un año que no hacia un trabajo como este y sinceramente no quería hacerlo pero necesitaba información.

Ninguno dijo nada y William tocó con delicadeza el hombro de Mei sobresaltandola.

—Tranquila pequeña, no seré rudo contigo.

Entonces comenzó a desabrochar los botones que su vestido tenía por delante para quitar el vestido, cuando esta finalmente estuvo en ropa interior habló.

—Usted... déjeme ayudarlo también señor William.

Entonces con temblores en las manos comenzó a desabrochar su camisa, William penso que tal vez temblaba por ser su primera vez sin pensar que Mei tuviera cierto terror a volver a vivir como lo hacía en el clan YenYing, entonces cuando finalmente estuvo por bajar su pantalón esta cayó al piso debido a su piernas temblorosas.

—Yo no... no puedo hacerlo.

Los recuerdos golpeaban su mente y cada vez mas sobrepensaba las cosas, no quería pasar por eso de nuevo, ignoro por completo la misión que tenía, entonces sintió asco hacía su propio cuerpo y las partes tocadas por aquel hombre quemaban como si de heridas se tratasen, corrió fuera del hotel en busca de un confort y entonces tomó su celular y llamó a Kurapika, sin siquiera pensarlo presiono el botón para llamarlo.

Pip...pip...pip...

El chico no contestaba y Mei no sabía que hacer, tomó su cabeza y solto el teléfono hasta que este se corto mostrando el la pantalla.

"El número que usted marcó esta ocupado"

Su mente se sentía debil al igual que su cuerpo, entonces corrió un poco mas hasta llegar al lugar dónde se reunían las arañas, cuando llegó no había nadie ahí y sus esperanzas de encontrar a Chrollo se hicieron nulas hasta que escuchó pasos de lejos.

—¿Qué haces aquí Mei?

Sin decir nada Mei se abalanzó sobre Chrollo y comenzó a buscar protección en el, estaba asustada y buscaba un lugar donde sentirse segura, aunque este lugar sea con la persona equivocada.