Los remedios de Épsilo

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Cerré el libro, pero no sabía si estaba más confundido todavía o si de alguna manera aquello había explicado algunas dudas que tenía. El director tomó mi mano y me dijo:

- ¿Ya empezó a entender algo de todo?

- No lo sé. Esto sólo explica el porqué Illumia está siendo atacada y quién es o era el elemental transigido, pero no ha respondido a ninguna de mis dudas existenciales con respecto a mí.

Rockridge se rió levemente- Oh joven, esas dudas nadie las puede contestar como tal. Pero si se adentra en su interior puede que lo sepa. Pero para ello este libro no será de ayuda, y menos este anciano.

- ¿Entonces para qué me hizo leer toda esta basura?

- Bueno, si le soy sincero... no sé, tal vez una parte dentro suya la entendería. Además, creo que para lograr resultados es necesario que conecte consigo mismo, y el jovencito Épsilo es algo más experto en ese tema. Como sea, tendrá que esperar a que la batalla termine.

Esperamos un buen rato, cuando por las ventanas se vio una explosión rosada. Una vez acabó, Rockridge dijo:

- Bien, creo que acaba de terminar justo ahora. Lo acompaño con él.

Bajamos y salimos por la cafetería, y por sorprendente que pareciera, el campo de batalla que alguna vez estuvo lleno de monstruos y de caos era ahora un campo verde lleno de vida, e incluso se podría decir que tenía una belleza superior a cuando yo llegué, a pesar de estar nublado. Me cuestionaba sobre esto cuando Épsilo se apareció  frente a nosotros.

- ¿Me necesitaban o algo así?

- Justo a tiempo jovencito. Verá usted...

Le resumió de una manera impresionante todo lo que hablamos, aunque en parte supongo fue porque Épsilo le estaba leyendo la mente a la vez que hablaba. Cuando terminaron, Épsilo suspiró y me dijo:

- Ah, qué remedio. Tendremos que ir juntos de nuevo. Pero por favor no traigas de regreso más de esas imágenes.

Caminó por delante de mí y lo seguí hacia la parte que no había explorado aún de la escuela. Rodeamos la cafetería y llegamos a una especie de elevador, solo que éste no tenía puertas sino una cortina gigante, y estaba colgado con cadenas visibles.

Épsilo tomó la palabra:

- Bueno Gal, no sé qué demonios te haya pasado. Pero este definitivamente es el mejor método para averiguarlo. ¿Preparado?

- ¿Cómo me llamaste?

- Ah disculpa, me debí confundir.- dijo, pero no sonaba sincero- Sólo métete ahí y siéntate.

- ¿Y qué hago o qué? ¿Sólo espero sentado?

Me miró con hartazgo y cansancio, pero esta vez lo comprendí. Me explicó algo de meditación y espíritus, pero me costó tanto trabajo prestarle atención que no recuerdo lo que dijo. Una vez acabó su discurso, me empujó hacia el rectángulo ese, y me resopló:

- Y no olvides que cuando sientas que te duermes debes abrir los ojos, ¿entendido? Vendré por ti en unas horas. Intenta resolver tus dudas y... buena suerte.

Tiró de la cadena que estaba afuera del armatoste y vi que la cortina se cerraba, a la vez que descendía. Finalmente, quedé en total oscuridad.

"Algo de meditar. ¿qué demonios se supone que debo ver? Estúpido déficit"- pensé. Imité la posición de loto y cerré los ojos. Seguía dándole vueltas al asunto de Galactic y cómo se relacionaba conmigo, y estar en un clóset diminuto no ayudaba mucho al tema. Después de unos momentos de claustrofobia extrema, decidí calmarme y despejar mi mente. Y cuando lo hice, una gran paz inundó mi cuerpo, haciéndome caer en un sueño muy profundo.

- ¡Ah!- desperté de golpe, pero seguía en esa oscuridad.

"Maldición, ¿qué hice mal?"- pensé con decepción- Eh, Épsilo, sonaré algo tonto y egoísta pero, ¿me puedes explicar de nuevo todo? Creo que hice algo mal.- Mi voz retumbó en eco- ¿Épsilo? Abre la cortina, engreído rosado.

Como no se abría, me levanté y traté de empujar o de sentir algo, pero no había nada y me fui de boca. Volteé a mi alrededor y de pronto unas cuantas luces comenzaron a brillar, hasta convertirse en un universo lleno de estrellas y todo tipo de cosas. Fue entonces cuando escuché a alguien hablar.

???- Ah Alcíone. Por fin nos conocemos.

Miré hacia donde provenía la misteriosa voz y me encontré conmigo mismo, de frente.

- ¿Eres un espejo hablante o algo así? ¿O un mimo?

???- Ninguna de esas me temo, aunque sería grandioso si lo fuera, ¿no crees?

- ¿Qué? ¿Quién demonios-

- Soy tú, Alcíone. O tal vez debería decir: ¿Galactic?

- Espera, espera, ¿tú eres él?

- Yo soy yo, pero supongo que sí, soy él. Aunque a la vez soy tú. Pero no soy tal cual tú.

- ¿Qué-

- Jajaja, estoy bromeando hombre. Sí, soy Galactic. El elemental del espacio.

"Me voy a desmayar"

- Bueno, te explico las cosas Alcíone. Veo que tienes un mareo mental de campeonato.


Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora