Desperté inmediatamente del sueño, y la niebla había sido disipada. No había más sombras o dragones en el campus, sólo mis compañeros luchando contra una gran masa oscura que emitía gas venenoso.
Era Darkenmon, quien se acercaba creando una esfera enorme de antimateria para destruir a la escuela.
Me dirigí corriendo hacia él, y cuando estuve cerca, observé que Silvan estaba aún inconsciente, junto con Épsilo y el chico enmascarado también en el suelo.
Esquivé los cuerpos y llegué hasta donde Gaia estaba parada, charlando con Darkenmon.
- Pudo haber sido diferente.- decía él- pero permitiste que me sacaran de aquí. No puedes evitar que pase esto.
- Te equivocas- dijo ella- supe perfectamente en qué te convertirías. Sólo querías usarme para poder amortiguar tu daño.
- ¡Eso es mentira!- rugió, y la masa negra creció aún más- yo... yo realmente quise intentarlo. Pero era muy difícil. ¿Crees que era fácil estar allá encerrado? ¿Esperando a que viniera alguien a rescatarme? Y vivir con eso todos los días...
- Yo sé que no. Pero no tenías que haber hecho eso. Jamás te perdonaré por lo que hiciste.
- Claro que lo harás, y lo harás ahora. De rodillas.
- No lo haré.
- ¡De rodillas!- disparó con su pistola a las piernas de Gaia, haciéndola caer.- Ahora, di que lo sientes.
- Lo único que siento es no haberlo hecho antes.
- ¡CÁLLATE!
- No me voy a arrepentir. Puedes disparar cuanto quieras, jamás lo haré. No seré lo mismo que tú.- desvió la mirada y sentí unos retumbes en las piernas, lo que significaba que pensaba elevarme para atacarlo por la espalda.
- Tarde o temprano vas a hacerlo, Landor. ¿O cuánto tiempo más vas a soportarlo, eh? ¿Hasta que te diga sus primeros sentimientos?
- Cállate.
- ¡DÍMELO!
- ¡DIJE QUE TE CALLES!- pateó el suelo con fuerza y me elevó por los aires, dirigiéndome rápidamente hacia él. Cuando estuve a centímetros de su espalda, le susurré en el oído.
- No te dejaré acabar la fiesta de una manera tan apagada, aguafiestas de pacotilla.
Lo tomé de la espalda y abrí una galaxia que me llevó al espacio, fuera de la Tierra pero dejándola a la vista por debajo de mí.
- Maldito imbécil, ¡te voy a matar!- se giró rápido y soltó una ráfaga de balas, las cuales se quedaron flotando en el aire.
-Estamos en el espacio, no tienes oportunidad.
- ¿Tú crees? Tendrás el poder del universo, pero no sabes nada de lo que soy capaz.
Después de decir esto, se cubrió de un aura negra y roja, y con puños verdes se acercó veloz hacia mí.
Comenzó a dar golpes muy veloces y fuertes, asestando cada vez con más ira.
- No pienses que te dejaré ir con vida... no después de lo que me hiciste sufrir ahí.
- Yo no pienso distinto. Ni pienses que me dejaré tan fácil.
- Te reto a que lo intentes, ¡cobarde de mierda!- arremetió con más ira y lanzaba vapores verdes por todos lados, cosa que quería que hiciera. Esperé a que chocase conmigo y entonces giré una galaxia para absorber la energía que me hacía falta para liberar la esencia sentencial.
- Ya va siendo hora de que dejes la fiesta- dije, antes de tocar mi trigema y sentir una gran expulsión de energía.
Lo siguiente que recuerdo fue que mis aros atraparon a Darkenmon, a la vez que innumerables galaxias se formaban a su alrededor y miles de asteroides y estrellas lo golpeaban. Después, 3 planetas de mediano tamaño se acercaron a mí, y en cuanto los tuve al tacto se desintegraron y salieron con gran velocidad hacia Darkenmon. Cuando estuvieron cerca de él, los planetas se reformaron y todo colisionó en grandes masas de polvo estelar.
Cuando volví a ver, no había rastro del chico. ¿Habría acabado con él? Probablemente. Pero aún sentí algo de pena por él. Al final, no era muy diferente a nosotros, sólo buscaba venganza contra quienes le hicieron daño.
Aunque quisiera haberlo buscado, el bajón de energía que me dió fue tanto que incluso pensé que moriría allí también. Por fortuna, me dio tiempo y energía suficiente como para regresar por la galaxia de la que vine, permitiéndome volver a la Tierra. Para lo que no tuve fuerzas fue para el descenso, por lo que fui en caída libre apenas llegué a la atmósfera.
Mi caída probablemente fue rápida si se veía desde abajo, pero yo la sentí como si pudiera finalmente ir a mi propio universo, sin que nadie me molestara, golpeara o interviniera. Simplemente fluía.
Mientras caía comenzaba a pensar en todo lo que había vivido. Un viaje demasiado extraño y peligroso como para siquiera haberlo pensado. Todo empezó con una vista de estrellas... y quién lo diría, terminaría convirtiéndome en un elemental. ¿Qué sería de mí ahora? ¿Podría ver a mamá otra vez? No, mi vida estaba lejos de ser la de antes.
Volteé hacia abajo y vi que no faltaba mucho antes de estrellarme. Y cuando estaba a centímetros del suelo, cerré los ojos, esperando mi muerte (por tercera ocasión)
- Venga ya, Épsilo, déjalo caer- la voz de Silvan sonaba distante.
- Oh, pues, quería darle algo de emoción al niño.
- ¿Qué clase de emoción es esa? Lo vas a matar del susto.- parecía la voz de Marina, pero sonaba distorsionada.
- Ya, ya , déjalo caer y listo, anda- Gaia también estaba cerca de mí.
Giré dos veces hasta tocar el suelo, pero no podía distinguir bien las figuras delante de mí.
- Vamos, preciosa. ¿Ni un beso en la mejilla por luchar tan fuerte?- Raymond sonaba suplicante.
- Lo único que vas a recibir en la mejilla es una patada llena de furia si no te callas de una vez- Aria comenzaba a soltar pequeñas ráfagas de viento.
- Ey, ustedes, dejen dormir al chico, hacen demasiado ruido.- sentí la cálida presencia de Ashton también.
- E-eso, de-déjenlo do-dormir- Névora volvía a sonar como siempre.
- Me temo que el señor Jacobs sigue arriba, ¿debería bajarlo?- el robot del cual se me olvidó el nombre también se acercó.
- Jovencitos, por favor. Dejen de armar tanto alboroto y dejemos descansar a Al. Tiene mucho que procesar todavía.
- Te toca hacerlo, tres ojos- Silvan le dijo a Épsilo.
- Ugh, bien. Pero si algo sale mal me vas a tener que acompañar a revertirlo.
Después de esas palabras, sentí un profundo sueño y caí dormido.
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Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacio
General FictionUn chico con TDAH, una noche estrellada, un amigo falso... y una serie de cosas que ni yo acabo de entender. Ah si, y el maldito destino. Eso es lo que básicamente define todo lo que me pasó, ah claro, y lo que vas a encontrar aquí en la historia...