-...
- Bien. Empecemos por este lugar. Lo reconoces, ¿cierto? Es el lugar con el que soñaste durante los combates, solo que ahora no estás en caída libre, sino estás flotando.
-...
- Me dejo de rodeos, perdón. Ah, ¿por dónde comenzar? ¡Oh! Lo tengo: ¿quieres saber porqué estás aquí?
-...
- Hmmm, comprendo. Este es el páramo espiritual. Es una especie de "punto intermedio" entre el mundo espiritual interno y el mundo real. Por lo general se usa este sitio como método de comunicación entre el elemental y su espíritu de deidad, que por desgracia no está con nosotros hoy. Es aquí donde los elementales conocen por primera vez a su deidad y sus poderes. Sin embargo, estás aquí por otra razón: conocerte. Y no seré una deidad ni mucho menos, pero creo que tenemos demasiadas cosas en común. Así que dime: ¿qué duda específica tienes?
-....
- Algo indeciso, ¿eh? Bueno... si no estoy mal Rockridge ya te habló acerca de Darkenmon, ¿cierto?
- S-sí...
- Vale, entonces leíste mi archivo también. Bien, entonces sé por donde comenzar. ¿Dónde estuve estos años?
-....
- Después de aquella pelea, usé tanta energía que dormir no era reparador. Decidí que sería buena idea ir al espacio y descansar allí. Así que me encerré dentro de uno de los meteoritos de aquel anillo de asteroides y dormí por bastante tiempo. Luego, desperté y sentí mi Trigema brillar y moverse sola, lo cual significaba que la escuela estaba siendo atacada de nuevo. Salí y me dirigí hacia la Tierra, pero cuando estaba por llegar un extraño reloj apareció frente a mi Trigema y comenzó a girar en sentido opuesto. Y cuando me di cuenta... estaba muerto. Aquel reloj me devolvió a un tiempo en el cual sólo existía mi esencia, mi espíritu. Estuve atrapado por mucho tiempo en un asteroide gigante, pero llegó un día en el que fui arrastrado a la Tierra. El día en que te convertiste en elemental.
- Entonces ese meteorito...
- Así es, de alguna manera era yo. Como no tenía cuerpo tuve que tomar el tuyo como "posesión". Sé que probablemente no tenía derecho a hacerlo... pero realmente me necesitaban. Les fallé una vez y ahora trato de enmendar las cosas.
Eso fue una noticia impactante que me llenó de enojo. ¿Tomarme así por que sí? ¿Porque le falló a alguien yo debía enmendarlo?
- Así que ahora soy un maldito títere. ¿Por qué, eh? ¿Por qué yo? ¿Sólo porque fue coincidencia que tuviésemos el mismo trastorno? Había mil personas ese día, ¿por qué yo?
Cuando menos me di cuenta estaba llorando de la ira, pero es comprensible, ¿cierto? Me acababa de enterar que estaba siendo usado sólo para poder arreglar un error que cometió una persona que ni siquiera tenía relación conmigo. ¿Y ahora se apoderaba de mi cuerpo? ¿Qué demonios pasaba ahí?
- Alcíone, mira...
- No necesito más explicaciones absurdas. Sólo sal de mi cuerpo y regrésame a mi vida normal.
- N-no puedo hacer eso.
- ¿Perdón?
- Aunque quisiera hacerlo, y créeme que ya lo he intentado, no puedo salirme de tu cuerpo.
- Ajá, y eso es porque...
- Eres un elemental. No puedo cambiar eso. Y además, si saliera de tu cuerpo tú morirías.
- ¿Morir? ¿Por qué habría de hacer tal cosa?
- Tu deidad no te regaló el don de la segunda vida. Yo te la di. Sin querer, pero te la di. Si salgo de tu cuerpo mueres al instante, y yo me quedo vagando por el resto de mi vida como espíritu.
- ¿Así que ahora es una amenaza? No me importa morir, sólo sal de mi cuerpo, fantasma egoísta.
Galactic se paró de manera brusca y enojado me dijo:
- ¿TÚ CREES QUE YO PEDÍ FUSIONARME CONTIGO? ¡PARA NADA! ¡NO SÉ CÓMO SALIR DE ESTE LUGAR! ¡SÓLO INTENTO CONVENCERTE PARA QUE ME ACEPTES COMO PARTE DE TI AHORA! ¡NINGUNO DE LOS DOS TENEMOS OPCIÓN!- inhaló profundamente- La cosa es así, Alcíone. Estamos unidos por mi culpa, sí. Pero no puedo separarme de ti ahora. Así que lo que te estoy proponiendo es sencillamente que aprendamos a llevarnos bien. Al menos hasta que encontremos una manera de separar nuestros espíritus sin morir en el intento.
Estaba lleno de ira, pero Galactic tenía razón: ninguno de los dos tenía opción. Así que sencillamente me levanté y le dije:
- Entonces, enséñame.
- ¿Qué?
- Enséñame a cómo usar tus poderes. Estoy demasiado molesto contigo, pero si te ayudo a parar a Darkenmon probablemente podamos encontrar una manera más tranquila de separarnos. A mí no me importa morir, porque estoy seguro que cualquier lugar que no sea el mundo en el que vivo es mejor para mí. Pero supongo que no puedo reclamarte de egoísta si yo hago lo mismo, ¿no? Además moriría quitando una vida y eso no va conmigo. Así que bien: ¿me enseñarás o tendré que desmayarme para que actúes, cobarde?
Galactic estaba por llorar y abrazarme, pero retrocedió y guardó la compostura.
- Está bien, te enseñaré. Pero será mañana. Nuestro tiempo casi está por terminar y no me daría tiempo de explicarte nada.
- Bueno, entonces me voy- me di la vuelta y volví a sentarme y a cerrar los ojos.
- ¡Eh, Alcíone!
- Qué quieres...
- Gr-gracias.
No tuve tiempo para responderle o despedirme, aunque lo segundo probablemente no lo hubiera hecho. Cuando nuevamente sentí caer en un sueño, abrí los ojos inmediatamente y tenía en frente a Épsilo, quien estaba recargado sobre la entrada. Me miró e hizo una seña para que saliera del elevador.
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Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacio
Ficção GeralUn chico con TDAH, una noche estrellada, un amigo falso... y una serie de cosas que ni yo acabo de entender. Ah si, y el maldito destino. Eso es lo que básicamente define todo lo que me pasó, ah claro, y lo que vas a encontrar aquí en la historia...