Debajo de aquel rostro carbonizado se encontraba un chico de ojos azules muy brillantes, con cejas negras, poco pobladas pero bien definidas. Su cabello era negro también, aunque estaba despeinado y un tanto chamuscado. Era bastante atractivo, a comparación de Silvan, Ashton o el imbécil de Raymond. Gaia parecía muy preocupada, y no paraba de preguntarle al chico si se encontraba bien.
Pasaron unos minutos hasta que el chico parpadeó y se levantó rápidamente, caminando hacia mí con gran imponencia. Una vez estuvo frente a mí, me levantó con su puño y pude ver que sus ojos eran ahora rojos pero con el mismo aspecto que antes. Una vez me tuvo en su mano, vi como de su espalda salían espadas, lanzas, pistolas e incluso un lanzacohetes. Una vez los apuntó hacia mí, me dijo:
- No es alguien conocido. Identifícate. ¿Qué debo hacer, Gaia?
Su voz era grave, pero tenía un acento un tanto robótico. Ni siquiera parecía enojado, y su rostro era el mismo que tenía antes. Aún así no dejaba de intimidarme esa mirada directa y amenazante.
Gaia reaccionó al instante y dijo con normalidad:
- Gray, no es necesario. No es un intruso, es nuestro nuevo compañero, Alcíone.
El chico-robot pareció entenderle, soltándome bruscamente y volviendo sus ojos azules de nuevo. Se giró de manera hermética hacia Gaia, y dijo:
- ¿Qué se supone que haga si no hay intrusos? No tengo órdenes específicas sobre qué hacer.
Gaia suspiró y le dijo:
- Buf, otra vez lo mismo. Ah, en fin. Déjame presentarte...
Se acercó, y tomándole la mano al chico, continuó:
- Bien, conoce a Grayson Plateau, elemental del Acero o Metal, como prefieras. Em... no tiene sentimientos por ahora, pero puede pensar por su cuenta y te protegerá de cualquier amenaza si así se lo planteas.
-¿Cómo?- pregunté- No entiendo, ¿puede un robot ser elemental?
Gaia suspiró de nuevo, pero decidió explicármelo.
- No es un robot Alcíone, es un ser vivo. No tiene sentimientos porque esa parte del cerebro la tiene atrofiada.
- Entonces no es humano... ¿es una inteligencia artificial?
- Un poco de ambas, pero sí está vivo. Cuando no era elemental, era parapléjico. Sus familiares no querían a alguien que no se pudiera mover en su fábrica, por lo que lo sometieron a numerosas cirugías, suplantando todos sus huesos y nervios vitales por prótesis metálicas. Como no se solucionaba el problema, fueron directo al cerebro, pero lo mataron al instante. Cuando revivió, seguía sin poderse mover, por lo que Alchem, su deidad, programó en su trigema un mecanismo aparte que conectara con su organismo, de modo que su cuerpo sólo se pudiera mover cuando estuviera en peligro o cuando algún comando se le fuera añadido.
- Ok, pero eso lo hace técnicamente un robot, ¿no?
- No como tal, más bien sería un híbrido. No siente pero piensa por su cuenta.
- ¿Pero aún es parapléjico?
- Así es, por voluntad propia no puede moverse, pero si le programamos comandos específicos al sistema que Alchem le creó.. puede moverse. ¿No es genial? Además, como todo su sistema óseo y nervioso es metálico, puede transformar su cuerpo en una gama infinita de armas, como lo acabas de ver.
Seguía perplejo ante lo que me acababan de decir. No sabía si sentirme fascinado o aterrado. Por un lado, era impresionante la habilidad y el manejo de armas con los cuales contaba, pero es aterrador pensar que sólo puedes moverte si alguien más te lo permite, o bien si estás en peligro de algo.
Como fuese, detrás de aquel híbrido estaba una completa maravilla científica: miles de herramientas mecánicas, inventos a medio terminar, algunos ya acabados, microscopios y todo lo que cualquier laboratorista querría.
En lo que apreciaba todo aquello, se oyó como si alguien tocara la puerta, y Grayson salió disparado a abrirla.
- Tú le pusiste ese comando, me supongo.
- A-ah sí, supuse que Grayson se aburriría si sólo estaba programado para pelear y defenderse, así que me paso horas diseñando nuevos comandos para que tenga cómo entretenerse.
- ¿No le has preguntado qué le gustaría hacer?
- Ya lo he intentado, pero como no siente es muy difícil saber si algo le gusta. Es como intentar conocer a una persona fría, salvo que él no puede cambiar. La última vez que le pregunté qué le gustaba ni siquiera sabía cómo responder.
- ¿Y si pruebas con videojuegos?
- ¿Eh?
- Bueno, es que me siento mal por él, siento que no tiene libertad de lo que hace, y si bien dices que puede pensar y es inteligente, tal vez los videojuegos puedan abrirle el panorama un poco y pueda sentirse mejor. ¿No crees?
Ella pareció sumamente sorprendida, se llevó la mano a la boca y soltó a llorar de la nada, diciendo:
- Qué clase de monstruo soy, soy tan insensible- y fue a abrazar a Grayson.
- ¡GRAY! ¡PERDÓNAME POR SER TAN MANIPULADORA! ¡NO TENÍA NINGÚN DERECHO!
Se tiró a la cintura de Grayson, sin parar de sollozar. Grayson dejó el picaporte y abrazó a Gaia.
- Tengo indicaciones de devolver el gesto- puso su mano sobre la cabeza de Gaia- ¿así se debe hacer? Dime cuando deba detenerme.
Aunque sabía que Grayson no podía sentir, de alguna manera aquello me conmovió.
Pasaron unos minutos hasta que nos dimos cuenta que seguían tocando la puerta. Cada vez la golpeaban más fuerte, y al final se escuchó la voz de un chico.
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Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacio
General FictionUn chico con TDAH, una noche estrellada, un amigo falso... y una serie de cosas que ni yo acabo de entender. Ah si, y el maldito destino. Eso es lo que básicamente define todo lo que me pasó, ah claro, y lo que vas a encontrar aquí en la historia...