Mi amigo acaba de decirme.... ¡¿qué?!

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Poco después de ver eso, caí en un sueño profundo. Cuando desperté, estaba en mi cama, rodeado de mi madre y de Chris.

- ¡HIJO!- se abalanzó mi sobre mí y me abrazó, llena de lágrimas- Qué bueno que despiertas ¡no imaginas lo preocupada que estaba! Ya me enteré de lo que pasó, fuiste muy valiente, pero no vuelvas a hacerlo, ¿estamos?

Voltee a ver a Chris haciendo muecas para que me dijera algo, pero ignoró todos mis gestos y se limitó a decir:

- Eh señora, necesito hablar con él de algo ¿nos dejaría a solas? Por favor.

Tenía una expresión tan seria que mi madre se limitó a abrazarme una vez más y salió de la habitación.

Después, hubo un silencio incómodo, hasta que se limitó a decir:

- Puedo explicarlo...

- ¿Explicar qué? ¿Que estuviste fingiendo ser un humano cuando en realidad eras un elemental?

- Bueno, eso también...

- ¿Qué? ¿Qué más necesitas explicarme? ¿Por qué me vas a matar? ¿Por qué me vas a llevar prisionero?

- Nada de eso, ¿me dejarías hablar?

Estaba muerto de miedo. El mito del que tanta gente hablaba y advertía de lo peligrosos que eran los elementales se estaba haciendo realidad y no podía procesar nada. Estaba temblando y para colmo no podía defenderme (aunque creo que de poco serviría). Él intentó acercarse una o dos veces, pero me alejaba tan pronto como le veía el amago. Al final, comprendió que no tenía confianza absoluta en él y detuvo sus amagos, pero comenzó a hablar.

- Bueno, era de esperarse. Pero no me importa, sinceramente. No planeo hacerte daño, de hecho todo lo contrario.

- ¿Y-y qué buscas o quieres de mí?

Chris soltó una pequeña carcajada un tanto sarcástica.

- ¿Qué quiero de ti? Lo que necesito de ti es lo que menos estás dispuesto a darme en estos momentos, y lo comprendo. Pero ya que no me estás dando tu confianza ni tu voto de guardar silencio, supongo que tendré que confiar yo en ti. 

Hizo una pausa y respiró.

- Bueno, como sabrás, no me llamo Chris. Mi nombre real es Silvan. Y soy el defensor del elemento Planta, descendiente más directo de la deidad Natura. Conocido también como el nutriente del origen.

Hecho esto, tomó y me mostró un collar que jamás le había visto pero que sabía que era: es la llamada "Trigema", que vendría siendo como su verdadero corazón. Los elementales juntan su corazón humano con la naturaleza, formando así esta gema que tiene una forma distinta y una gema distinta dependiendo del elemento. En el caso de Chr... Silvan,  tenía una forma de hoja hecha de esmeralda, rodeada con un borde hecho de oro. Él parecía ignorar que tenía miedo, porque siguió hablando como si nada.

- Espero que con esto se demuestre que ambos nos tenemos confianza ahora. Bien sabes que si mi gema es destruida, muero yo. Pero estoy confiando en ti, y espero que tu también hagas lo mismo.

Él puso su collar en mi mano y continuó:

- Sea como sea, no vine a hacerte nada ni a quitarte nada, sino a protegerte durante unos días, aunque- volteó a ver el calendario de pared del cuarto- sí, supongo que con estos dos días ya sería suficiente.

Cuando escuché esa cantidad de días salté de mi cama y le regresé su collar.

- ¿Dos días? ¿Qué significa exactamente? ¿Cuánto tiempo llevo así?

Pareció tomar ahora un aspecto totalmente nuevo y sombrío. Hasta parecía que su rostro se había oscurecido. Y de hecho, el ambiente en sí concordaba con mi cuarto.

Mi cuarto era negro con estrellas por todos lados, pero como era de mañana, entraba un poco de luz a pesar de que estaba nublado el día. Las estrellas no brillaban de día, así que solo eran plastas de color verde pálido. Una ventana cuadrada y grande estaba a unos pasos de mi cama, y daba lugar a un bosque que estaba detrás de mi casa. Silvan estaba sentado en mi cama, con la puerta detrás de él.

Maldita sea, me volví a distraer. En fin, después de que el ambiente se tornara sombrío y pesado, Silvan se levantó y se quedó de frente a la ventana, y entonces habló:

- Vas a morir pronto.

Al escuchar eso, no sabía si tomármelo a juego o si hablaba en serio. Simplemente guardé un poco la calma y le pregunté:

- ¿Esto es una broma? ¿Por qué habría de morir?

Su gesto fue tan serio que comprendí que estaba siendo totalmente honesto.

- En serio, vas a morir pronto y no debes hacer nada para evitarlo.

- ¿De qué demonios me estás hablando?

- ¿No he sido claro ya?

- Bueno, sí y no. Entiendo que me estés diciendo que voy a morir pronto pero no entiendo la razón de no evitarlo.

- Eso es fácil: no te puedo decir el porqué o querrás evitarlo.

- ¿Quién no querría evitar la muerte? Y más aún cuando te dicen que vas a morir pronto.

- Pff, pierdo el tiempo intentando convencerte. Ah, en fin. Igual no puedes evitarlo. Mi trabajo aquí terminó. Nos veremos pronto, te lo aseguro.

Abrió la ventana y saltó hacia el bosque. Lo vi caminar unos pasos, hasta que se perdió entre los árboles.

Estaba perplejo y no sabía que pensar. Quiero decir ¿quién no lo estaría? Un tipo totalmente desconocido que pensaste era tu amigo de la nada tiene un brazo de lianas y viene a tu casa a decir: "Hola, gusto en conocerte. Te vas a morir, con permiso". No podía procesar tanto de una, así que decidí dormir mejor.

Procesar aquello es igual que intentar entender a las personas que le ponen gelatina a su pollo. ¿Qué diablos les ocurre?


Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora