Rodaron por el suelo mientras se peleaban, hasta que llegó una señora por el pasillo y encendió las luces. Cuando estuvimos visibles todos, la señora dijo:
- ¿Pueden callarse de una maldita vez? No dejan a los estudiantes leer con tranquilidad y ¡oh por todos los cielos! ¿¡Golpeándose en un aula de esparcimiento?! ¿Qué son? ¿Criminales?
Aquellos seguían en el piso, y sólo le dije a la señora que yo me encargaría de calmarlos. Soltó un largo suspiro, cerró la puerta y aquellos dos por fin pararon.
- Maldita sea contigo, Deerick. Nunca bajas el volumen de tu música y desconcentras a medio mundo.
- ¿EH? ¿ME VAS A DECIR TÚ CÓMO DEBO DE COMPORTARME YO? ¡VENGA YA! ¡DEJA DE SER TAN PESADO Y DISFRUTA EL AMBIENTE!
El tal Deerick se veía como un tipo realmente peligroso. Tenía una ropa clásica de motociclista de películas antiguas: chamarra de cuero negra con el pecho moreno descubierto, picos en el pantalón negro con calaveras plateadas y un peinado mohicano, con degradado de colores neón de la punta hasta la raíz. No llevaba piercings, pero eso era probablemente lo último que le faltaba. Lo más extraño es que llevaba un reproductor MP3 y audífonos alámbricos, en vez de un celular convencional y audífonos bluetooth.
Épsilo enfureció aún más y mandó por los aires a Deerick. Cuando lo tuvo acorralado, presionó un botón en su MP3, y de la nada Deerick cambió a una forma totalmente distinta.
Ahora, llevaba una sudadera negra con una clave de sol neón en el centro. Traía puesta la capucha, su cabello era rizado y negro, pero aún con el degradado neón.
Una vez cambió de forma, Deerick pareció contrariado, e incluso cuando se intentó poner en pie, se mareó y volvió a caer. Épsilo le tendió la mano y lo levantó por fin; agarrándole del hombro, me lo presentó:
-Bien Alcíone, este inútil de aquí es Deerick Jacobs. Suele llamársele también como el pentagrama armónico, pero dudo que ese sea un buen pseudónimo para él. Como sea, es el elemental de la música, y será nuestro compañero desgraciadamente.
- Eh, eh, que tampoco falta que me trates así Phsy. Pero bueno, gusto en conocerte también Alcíone.
Su temperamento cambió por completo con su nueva forma, aunque era un gran alivio.
Épsilo suspiró, se despidió y nos largamos por fin de aquel cuarto. En cuanto salimos, le pregunté:
- Um, ¿Épsilo?
- ¿Sí?
- ¿No habías dicho que era sordo? ¿Cómo es que pudo-
- ¿Escucharnos? Bueno, sordo del todo no está. Gracias a Grayson, él y Gaia pueden comunicarse con nosotros.
- ¿Hablas de ese cubrebocas?
- Así es. En el caso de Deerick, los audífonos que tiene son tanto emisores como receptores, así que le transmiten ondas lo suficientemente potentes como para que pueda sentir la vibración que genera nuestra voz. El audífono recibe las vibraciones y las traduce de modo que pueda sentirlas y "escuchar" lo que decimos.
- Oh, ya veo. ¿Y entonces cómo se convirtió en elemental de música si tiene eso?
- Hm, bueno... en su vida anterior, los padres de Deerick quisieron quitarle su sordera mediante música fuerte, lo cual evidentemente empeoró las cosas. Llegó un punto en el cual el cerebro de Deerick no podía captar más sonidos, hasta que finalmente colapsó por tanta vibración. Su deidad entonces decidió darle dos alternativas de para escuchar: Las vibraciones externas y las internas. ¿Me estás poniendo atención?
Era obvio que no, hablaba tanto que ni siquiera supe dónde me había quedado. Pero bueno, es algo común en mí. Sin embargo, él no parecía tomar nota de ello, pues siguió hablando y hablando hasta que llegamos a la biblioteca. Si no fuera por que él sí estaba atento de mí, me hubiese seguido por todo el camino, persiguiendo a una paloma que pasaba por allí.
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Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacio
General FictionUn chico con TDAH, una noche estrellada, un amigo falso... y una serie de cosas que ni yo acabo de entender. Ah si, y el maldito destino. Eso es lo que básicamente define todo lo que me pasó, ah claro, y lo que vas a encontrar aquí en la historia...