Silvan, el floripondio andante

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Supongo que debí de quedarme dormido, aunque no sé por cuánto tiempo. Sólo sé que desperté cuando Silvan se levantó muy bruscamente.

- ¡Ah! ¡Cúbrete rápido Al! Los solda-

Me levanté un tanto mareado, y le respondí:

- Lo sé, lo sé. Pero, ¿cómo vamos a cubrir el deli-

De la nada, gritó de alegría y me pegó como solía hacer cuando estaba demasiado feliz.

- ¡ESO ES TODOOOOOO! ¿CÓMO LO HICISTE? ¿FUE RÁPIDO? ¿CON QUÉ LOS MATASTE? ¿FUE CRUEL Y DESPIADADO O PIDIENDO CLEMENCIA POR SUS VIDAS? ¡CUENTA, CUENTA!

-Esto... ¿no te da algo de pena o remordimiento? ¿Quién reacciona así ante un asesinato masivo?

Su cara comenzó a hacerse poco a poco más seria, hasta que dijo:

- Ah, veo que aún no puedes comprender tu lado elemental, ¿a que no?

- ¿Qué significa eso?

- Hablaremos de eso en la escuela, ¿te parece?

-Pero estamos de vacaciones, ¿por qué en la escuela?

- No en la escuela que piensas, Al.

Esa respuesta no hizo mas que confundirme, lo cual fue muy evidente a juzgar por mi expresión. Silvan vió que no estaba comprendiendo, por lo que dijo:

-Bien, para que comiences a abrir tu mundo creo que entonces debo ser totalmente honesto contigo primero.

Dicho eso, agarró su cara, la cual comenzó a arrugarse y finalmente se la quitó. Quedé fuertemente sorprendido, tanto que debí casi desmayarme, aunque de alguna forma seguí en pie.

Resulta que Silvan era completamente diferente a Chris, más que nada porque éste último no era más que una máscara, un títere. Silvan era castaño, eso sí. Pero sus rasgos faciales eran muy distintos a los que Chris tenía. Sus cejas eran más pobladas, y sus ojos eran un tanto más grandes. Su nariz era  más chata, y sus orejas eran definitivamente más grandes que las de Chris. Respecto al cuerpo en sí, creo que se veía igual, exceptuando por su brazo, claro. Había además un brote de planta pequeño arriba de su cabello. Silvan sólo dijo entonces:

- Te tomé desprevenido, ¿a que sí?

- N-no sé cómo..

- ¿Reaccionar?- Preguntó mientras levantaba la máscara y la iluminaba con una gema que se sacó del bolsillo- No tienes que decir nada, simplemente ve esto como una muestra de mi honestidad y lealtad- la gema absorbió la máscara, desapareciendo ante mis ojos.

-E-es que en serio...

Él se limitó a hacer la seña de que guardase silencio, y después tomó su escudo y saltó en el tronco, haciendo una pose ridícula.

-¡AHORA SÍ! Me presento ante ti, Alcíone, como Silvan. Defensor elemental del elemento Planta y descendiente más directo de Natura ¡También conocido como el nutriente del origen!

Me pareció tan innecesario aquel acto que simplemente le aplaudí sarcásticamente y lo apuré a bajar del tronco.

- Ok, ok ya entendí. Ahora, ¿a qué escuela te referías?

Sus ojos se iluminaron y dijo con emoción:

- ¡A la escuela Illumia, por supuesto!

- La escuela... ¿qué?

- Oh, no necesito ni explicarte, sólo ven conmigo y verás. Silvan caminó hacia un árbol que estaba un poco más alejado que el resto, y sobre todo era el único árbol que mantenía en pie sus ramas y hojas. De hecho, su tronco era más grueso que el de los demás.

Al llegar al árbol, dijo algunas palabras en un idioma que no pude descifrar y vi su trigema levitar. Unos segundos después de que terminara de pronunciarlas, el árbol se sacudió y una puerta surgió del tronco. 

Mejor dicho, una abertura con forma de puerta surgió de aquel tronco. Silvan se metió y me hizo señas para que hiciese lo mismo. Lo hice y se cerró la puerta. Quedamos en una vacía oscuridad por un rato, y cuando le iba a preguntar a Silvan qué demonios hacíamos dentro de un árbol, sentí un vacío en el estómago y también cómo el suelo a mis pies bajaba con una gran velocidad. Evidentemente, no pude evitar gritar de miedo, mientras que Silvan gritaba de emoción.

No tengo idea de cuánto duró el descenso, pero puedo decir que fue muy largo. De pronto, vi debajo de nosotros una especie de luz y lo que parecía ser un campo de césped. Apenas dos segundos después, ya habíamos tocado el césped y pude ver el porqué de esa luz: nos encontrábamos en el medio de un campo de fútbol, que estaba rodeado de arbustos con diferentes figuras de animales y de algunas estructuras metálicas, además claro de unas gradas blancas y doradas a nuestra derecha.

Viendo hacia la izquierda, estaban la salida y los pasillos hacia los vestidores de chicas y de chicos. Sin embargo, no paraba de dar vueltas, hasta que finalmente sentí cómo me daba un bajón de energía y caía al suelo. Creo que me desmayé.

Unos momentos después, escuché la voz de Silvan junto a la de una chica, que tenía una entonación muy calmada y serena.



Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora