Los sueños son tan raros... Algunos te proyectan acontecimientos cercanos, otros te recuerdan cosas pasadas y otros sencillamente no tienen sentido. Y curiosamente, no de todos nos acordamos, además de que se nos pasan en un santiamén.
Lo que soñé ese día fue un a combinación brutal de todo lo anterior.
Estaba en un parque cercano a mi casa, en el que suelo ir a observar las estrellas con los telescopios de mi madre, cuando de pronto observaba un gran cometa que se acercaba a mí con gran velocidad. Yo quería huir y correr, pero por alguna razón no podía moverme. Volteé a todos lados y sólo veía a Silvan sujetándome de los pies con su mano de lianas. Entonces, sentía una gran opresión en el pecho y desperté.
¿Qué podría significar eso? No tengo idea. Probablemente sólo era un reflejo de todo lo que había vivido aquel día. Lo único que no me explico es que fuera tan específico. Además, pude sentirlo muy real....
Como sea, en cuanto desperté sentí un profundo vacío en el estómago, como cuando te llaman por algo que sabes que hiciste mal y tienes nervios. Pero no del tipo de nervios que tienes cuando rompes algo, sino cuando hiciste algo muy grave, como un asesinato o algo así.
Cuando me paré de la cama, ya era de noche. Unos segundos apenas me puse los tenis (no me gusta andar en chanclas o en pantuflas), mi madre me llamó para bajar a cenar. Bajé rápidamente, y me encontré con mi padrastro comiendo como un cerdo hambriento, con mi madre aún sin empezar la sopa. Apenas me vieron ambos, supe que algo andaba mal. No sé si con ellos o conmigo mismo.
Mi madre al mirarme exclamó:
- ¿Te sientes bien cariño? Estás muy pálido.
- Probablemente es que no he comido.
Mentira.
- Entonces ven a comer de una vez, no sea que te desmayes.
Me senté a comer, aunque no tenía hambre, sinceramente. Comí un par de cucharadas cuando noté que estaba temblando. Mi madre me volteó a ver preocupada, pero no dijo nada. Imagino que sólo pensó que estaba cansado.
Pasado un rato, casi acababa mi comida cuando mi madre me dijo algo que me dejó paralizado.
- Oye, Al, hoy es la noche de estrellas en el parque, ¿Por qué no agarras mi telescopio y vas?
Aquella sería una propuesta excelente si no hubiese soñado con aquello.
Me limité a responder:
- Me encantaría ma, pero no me siento con mucho ánimo para eso hoy.
Mi padrastro reaccionó y habló por primera vez en toda la cena:
- Bueno, pues a mi me vale un demonio si no tienes ánimo. ¿Sabes por qué? Porque a mí no me da el ánimo de aguantarte en casa hoy. Así que agarra tu estúpido telescopio y lárgate de aquí.
Mi madre debió de ver que estaba a punto de decir algo, porque fue rápida y me quitó el plato enfrente de mi cara para evitar que dijese algo. Comprendí al instante su mensaje y me limité a subir y agarrar uno de los telescopios.
En ese momento, parecí olvidar la preocupación de aquel sueño extraño, convenciéndome de que era precisamente eso, un sueño. Mi madre tenía varios telescopios arriba, pero finalmente me decidí por uno que tenía un pequeño planeta Saturno encima de la lente (lo extraño es que estaba en una bolsa de basura). También tomé prestado uno de sus libros de constelaciones y estrellas, que solíamos llevar con mi padre cuando eran estas noches.
¿Porqué agarré ese telescopio? Bueno, siempre he sentido fascinación por Saturno, igual que mi padre. Mi madre lo sabe, por lo que siempre me hace regalos con temática de ese planeta. Supongo que tomé ese telescopio porque me recordaba que no estaba solo en este mundo. Aún tenía a mi madre y en cierta parte a Chris.
Guardé el telescopio en su estuche y salí de casa con dirección al parque. Por el camino, iba escuchando y sintiendo las miradas de siempre: miradas de pena y odio. Las risas no eran por felicidad, sino por burla y con amago de hacerme sentir mal. Por suerte, todos estos 15 años los he vivido contra eso, así que ya estaba acostumbrado a ignorar a la gente.
Apenas llegué al parque, la vista era espléndida. Miles de estrellas brillaban en el cielo, e incluso algunos planetas se alcanzaban a ver. Me dirigí directo al observatorio al aire libre, donde parecía que el mundo tenía su fin y sólo veías el espacio a donde quiera que fueras.
Abajo, veías estrellas y un horizonte montañoso sin fin, además de un profundo barranco. Arriba, se escondía la maravilla espacial más grande y bella que alguien pudiera ver jamás: estrellas fugaces yendo de un lado a otro por todo el cielo marino, además de poder ver el espectáculo reflejado en el lago que había frente al barranco. Habían estrellas, pero veía claramente cómo se formaban las constelaciones y en dónde estaban ubicadas. Viendo el cielo, volví a olvidar la preocupación que me había dado el sueño aquel, y me dispuse a relajarme y a apreciar aquella vista. Saqué mi telescopio y lo instalé en un lugar donde no había mucha gente amontonada. Saqué también mi libro de constelaciones y comencé a ubicarlas en todo el cielo que se mostraba ante mí.
- Bien, un poco más a la derecha, ¡Listo! según las coordenadas, debería de estar por aquí, ¡Guau! En serio que la guía funciona. Veamos la siguiente.
Y así estuve hasta que algo llamó mi atención del exterior de la lente. La gente no paraba de exclamar y de gritar, y yo supuse que algo debían de estar viendo que les causaba impresión. Vaya tonto, debí de haber volteado a ver en vez de ignorar.
Resulta que tanto escándalo terminó por desconcentrarme y vi el porqué de tanta agitación. Cuando vi que era, simplemente me quedé paralizado.
Creo que ya te harás una idea de lo que estaba frente a mí ¿no? Un cometa gigante venía a toda velocidad en mi dirección. La gente empezó a correr en todas direcciones, y oh sorpresa, cuando intenté correr, caí al suelo apenas giré. Resulta que algún graciosito había amarrado los cordones de mis tenis, y por eso no podía separar mis pies.
Como podrás deducir, el cometa me aplastó por completo, al igual que al parque.
Dirás: ¿Y ya? ¿Moriste? ¿Aquí se acaba la historia? Siento decepcionarte, pero debo decir que no ha hecho mas que empezar.
Y ahora, si me premites, iré a reclamarle al doctor que las inyecciones no empezaban hasta dentro de 2 horas.
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Los Renegados de Illumia: El nuevo elemental del espacio
General FictionUn chico con TDAH, una noche estrellada, un amigo falso... y una serie de cosas que ni yo acabo de entender. Ah si, y el maldito destino. Eso es lo que básicamente define todo lo que me pasó, ah claro, y lo que vas a encontrar aquí en la historia...