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Esto debe ser una broma.

Alyssa miró fijamente el par de orbes brillantes, sin saber exactamente qué hacer.

¿Tal vez debería salir corriendo? ¿A dónde iría en esa cueva sin salida?

O tal vez debería llorar. Rogar por clemencia también era una buena opción.

—¡Mi señora! —Syd salió volando de su bolsa, de algún modo aligerando la tensión que sentía sobre sus hombros—. Lord Lun desea que le comunique un mensaje—Alyssa miró a su pequeño amigo.

—¿Habló? —preguntó, algo confundida.

Tal vez no debería llorar, después de todo.

—Usted no puede escuchar a Lord Lun. Y mucho menos entendería su idioma, así que me pidió que le transmitiera un mensaje—Alyssa volvió a mirar al ave de fuego.

—¿Y cómo él supo que estabas conmigo? —preguntó, antes de decir alguna tontería por lo nerviosa que se sentía—. Estabas en mi bolsa.

Sentía que vomitaría en lugar de llorar.

Su corazón martilleaba en su pecho, y las piernas le temblaban bajo la fija mirada del ave de fuego.

—Lord Lun puede percibir a todo ser mágico en esta cueva—explicó brevemente—. Mi señora, Lord Lun desea saber qué necesita de él la Princesa Alyssa de Dria—ella se sorprendió.

—¿Cómo sabe quién soy? —hubo un momento de silencio, hasta que contestó:

—El momento en que se conectaron—Syd tocó su frente con su cola—, él pudo percibir parte de su vida y sentimientos—se volvió a quedar en silencio—. Lord Lun desea saber por qué lo despertó de esa manera—Alyssa se quedó sin palabras por un momento.

—Escuché su historia, mi Lord—contestó al fin—. Comprendo la unidad que mantenía con Lady Sul, y lo que significó para usted su pérdida—Alyssa colocó la mano en su pecho—. Yo perdí a mi hermano mayor por meses, mi Lord. Él es muy importante en mi vida, y de pronto ya no estaba con nosotros. Puedo entender cómo se siente, porque eso fue lo que viví mientras él estaba desaparecido. Tengo la fortuna de que mi hermano está de vuelta con nosotros, aunque su hogar ahora esté en otro lugar. No podría imaginar cómo me sentiría si supiera que ya no está más—su voz tembló.

Esperó un momento, antes de seguir hablando:

—Supongo que le digo esto porque me di cuenta que mi hermano mayor, quien es un pilar, no solo para mí, sino también por mi hermano menor, donde sea que estuviera, no hubiera querido que nos demos por vencidos. Estoy segura que Lady Sul desea lo mismo para usted. Desea que usted viva, y sea feliz, no que se quede en esta oscura cueva por lo que resta de su vida—soltó un respiro tembloroso—. Sé que no soy quién para decirlo, mi Lord, pero tengo la sensación de que es la verdad—se mordió el labio, esperando no haberlo hecho enojar.

Todo se quedó en silencio por un largo tiempo. Alyssa se estaba sintiendo mucho más nerviosa de lo que ya estaba.

—Mi señora, Lord Lun acepta la veracidad de sus palabras—dijo Syd—. También dice que no sabe cómo pudo encontrarlo, ya que nunca había visto a un ser humano capaz de entrar a este lugar—luego se volvió a quedar en silencio—. Pero que, si pudo hacerlo, es porque la cueva reconoció su corazón.

—¿Reconoció mi corazón? —repitió, confundida.

—El mecanismo de esta cueva deja pasar a aquellos que tienen una voluntad fuerte, y un corazón puro —explicó Syd.

—¿Y ningún humano antes tuvo el corazón puro y voluntad fuerte? —sintió su cuerpo vibrar, y pronto se sintió con más energía.

—Esa pregunta ha hecho reír a Lord Lun, mi señora—dijo Syd, soltando una risita—. Las personas que han venido a buscarlo, siempre ha sido con fines...bueno, no del todo honestos—explicó Syd, con algo de incomodidad—. Son humanos que tratan de aprovecharse del poder de Lord Lun.

La Guía para Príncipes y Princesas sobre el Amor y la ToleranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora