𝕰𝖕𝖎𝖑𝖔𝖌𝖚𝖊

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Dejó la caja en el suelo, y se sacudió las manos.

—Mi Señor, ¿está seguro que no quiere que lo ayude con eso?

—Dima, tú ya estás cargando mucho.

—Adrian, ¿dónde dejo esto? —miró a Meg, quien guiaba una carreta con varios muebles.

—Llévalo adentro, Lev te dirá qué debes hacer—ella asintió, y guio a los chicos que llevaban la carreta.

—Oh, por Dios. Pero si esto es gigante—volteó a ver, y cuando sus ojos se encontraron, sonrió—. En Dria hacen las cosas en grande, ¿no es así? —Adrian se rio.

—Por supuesto que sí. Somos así de extravagantes—Ian sonrió, y lo abrazó—. Me alegra que hayan venido.

—A mí también—se separaron—. Le dije a Bas que por nada del mundo me perdería la inauguración.

—¿Y dónde está él?

—Ah, viene discutiendo con Alyssa. Yo vine a saludar primero—miró por encima del hombro de Ian, y vio a lo lejos a sus hermanos discutir.

Alyssa, vestida de manera informal, señalaba a Bastian con un dedo, y este parecía exasperado.

—Será mejor que vaya antes que se maten—Ian se rio, y asintió.

Se acercó a sus hermanos, y escuchó de qué hablaban.

—¡Te dije que debía ser plata! —dijo Bastian, bastante molesto.

—¡Pero yo te dije que sería mejor en oro!

—¿De qué hablan? —sus hermanos saltaron en su sitio, y se miraron.

—Nada—contestaron.

—Estás más alto, hermanito—Bastian se rio, y abrazó a Adrian.

—Gracias, pero para tu información, no he crecido ni un poco desde la última vez que nos vimos.

—Este lugar se ve increíble, por cierto—lo ignoró—. No puedo esperar a que lo inauguren.

—Seguramente no es igual a las escuelas de las que Ian tanto habla, pero la hemos adecuado del mejor modo con el plan que nos diste—dijo Alyssa, mucho más calmada, mirando los papeles que sostenía en sus brazos.

—¿La guerra ya pasó? —se unió Ian, con una sonrisa—. Quiero que alguien me dé un tour por este lugar, se ve increíble.

—Claro. Vengan, síganme—Alyssa miró a su hermano menor—. No te olvides de llevar las provisiones al comedor.

—Iba para allá en este momento. Nos vemos para la cena—se despidió, y volvió pronto por la caja que había estado llevando.

Un año había pasado en un abrir y cerrar de ojos.

Alyssa había implementado muchos planes a futuro para el bien de los ciudadanos en Dria.

Había comenzado la construcción de refugios para personas sin hogar, comedores comunitarios, orfanatos, y escuelas en cada ciudad de Dria.

Bastian la había ayudado a planear todo antes de volver con Ian, y su familia se había encargado de aportar con ideas que se adecuaran al estilo de vida en Dria.

Su mayor proyecto eran las escuelas. Los niños recibirían educación en las áreas que más les interesaban, y les brindarían comidas gratis en sus tiempos libres después de sus clases. Habían implementado clases de lenguaje de señas que todos los alumnos aprenderían, pues estaban conscientes que existían muchas más personas con la condición de Cecil, y les había parecido importante que las futuras generaciones tuvieran conocimiento en este campo.

La Guía para Príncipes y Princesas sobre el Amor y la ToleranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora