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La mente de Rocky se encontraba divagando en un eterno camino lleno de dudas. Dudas de las cuales ninguna tenía respuesta. En su cabeza, aún mantenía el fresco recuerdo de aquella noche que la había junto a Bin. Su rostro aterrorizado al mirar se había quedado grabado en su memoria. Se sentía mal consigo mismo por hacerle pasar por una situación de ese estilo, pero es que ni él entendía que era lo que había sucedido.

Lo único que sabe es que al parecer estaba gritando sin razón aparente luego de haber estado garabateando un montón de hojas en su cocina.

—¿Un terror nocturno quizás? —se preguntó a sí mismo tratando de buscar una respuesta a sus acciones.

Parecía ser lo más lógico, o al menos fue lo primero que se le había venido a la cabeza. Pero, ¿un terror nocturno con 23 años de edad? Sinceramente eso si que lo dejaba bastante confundido y con una intriga carcomiendo su pecho. Era cierto que los terrores nocturnos afectaban a niños con mucha mayor frecuencia, pero con los adultos era todo lo contrario.

Los casos eran casi nulos, pero eso no significaba que no podría pasar.

—¿Sigues pensando en eso? —preguntó Moonbin de repente dándose la media vuelta desde su asiento y apoyándose en el escritorio de Rocky—. Ya te dije que no te mates así... te obsesionas muy fácil con cualquier cosa. —regañó.

Y era verdad. Rocky se podía obsesionar fácilmente con algo que llamara su atención. Como aquella vez en la que se obsesionó con cierto caso de robos en su vecindario y él se mantuvo despierto noche tras noche, revisando sus ventanas y puertas y siempre teniendo a la mano un palo de béisbol para defenderse. O aquella vez que se obsesionó con un proyecto de la universidad.

Aquello había sido un martirio para Moonbin porque se obligó a sí mismo a no frustrarse con que Rocky haya destruido una y otra vez el proyecto con tal de que quedara "perfecto".

—Lo sé, pero es que... tengo esta extraña sensación dentro de mí sabes. Siento que... algo malo puede ocurrir. —Moonbin solo contrajo sus propios labios hacia adentro dejando una fina línea mientras se levantaba y acomodaba su mochila en su espalda.

Eso mismo había dicho todas las veces anteriores.

—Alista tus cosas, y apúrate. Las clases ya acabaron y si nos ven nos comenzarán a interrogar y sabes que tengo un animal en casa que me espera.

Rocky soltó una leve maldición al notar que todo su salón ya casi estaba vacío. Alistó sus cosas de forma rápida y salió junto con Moonbin a los pasillos de la universidad.

Sentía como un nudo en su cabeza se comenzaba a formar, un nudo entre el delgado puente de sus pensamientos que hacía que todo se comenzara a desordenar. Aquellos dibujos... ¿tenían algún significado para él? Nunca había visto algo parecido, pero de todas formas cuando llegue a casa lo iba a comprobar. Los había guardado dentro de uno de los cajones del mueble en su sala principal.

—¿Tienes hambre? —consultó Bin cuando ambos se encontraban cerca de una máquina expendedora cerca de los pasillos exteriores del campus—. Yo pago.

—Todo en esta máquina es barato, obvio que vas a pagar. —sonrió —. Quiero ese pan de melón, hace tiempo que no como uno.

—Verdad. ¿Era tu favorito no? ¿Por qué lo dejaste de comer? —Con sus dedos fue presionando los números uno a uno luego de haber introducido el dinero.

—Quién sabe.

Levantó los hombros.

Moonbin le entregó lo que quería mientras que él se había quedado únicamente con una bebida que contenía alta cafeína. Al parecer había estado dejando los deberes para última hora y tenía que trasnocharse unos cuantos días para completar todo. Cosa que a Rocky no le sucedía, claramente. Él era más organizado, y a pesar de haber regañado a su amigo reiteradas veces este seguía sin hacerle caso.

—La universidad es horrible. —maldijo Moonbin mientras tomaba un sorbo de su bebida con los ojos caídos y un puchero.

—Si...

Se mantuvieron callados por los minutos siguientes. Oyendo únicamente el pasar de los autos a la lejanía y las voces de los alumnos. Rocky descendió su mirada unos cuantos momentos mientras mirada sus pies avanzar uno por delante de otros sin prestarle atención.

Y debido a su falta de atención en su adelante terminó por chocarse contra alguien que casi cayó al suelo pero logró equilibrarse a tiempo.

—D-Discúlpame. Estaba distraído ¿Te encuentras bien? —preguntó viendo a aquel chico de contextura delgada con un suéter bastante grande, una capucha que cubría su rostro y como adicional un gorro negro.

Hizo un ademán con su mano derecha indicando que se encontraba completamente bien. Pero Rocky insistió en ayudarlo a recomponerse. Después de todo era su culpa por andar de distraído.

Cuando alzó la mirada lo miró directamente a los ojos y se congeló.

Por un momento le pareció ver un par de iris grises, haciendo que su cerebro se desconectase por un par de segundos antes de reaccionar. Y cuando parpadeó, estos eran de un tono café claro, como cualquier otro.

El chico contrario comenzó a sentirse nervioso debido a la muy penetrante mirada que Rocky tenía en él, y Moonbin se dio cuenta de aquello porque aún no había soltado su muñeca desde que lo ayudo.

—Me alegro que estés bien. Discúlpanos, en serio. —habló Bin de forma rápida mientras retiraba la mano de Rocky de la muñeca del contrario.

—No se preocupen. —respondió el contrario en un tono de voz sumamente bajo y con la mirada al suelo antes de retirarse del lugar.

Luego de aquello Bin volteó a ver a Rocky el cual no había despegado su vista de la esquina en donde aquél misterioso chico había girado.

—¿Estás bien? ¿Qué fue eso?

—Yo... no lo sé. —respondió algo confundido de sus propias acciones.

¿Dónde he visto esos ojos?





*Los terrores nocturnos suelen ocurrir entre el primer tercio y la primera mitad de la noche, y es poco frecuente que ocurran durante las siestas. Los terrores nocturnos pueden provocar sonambulismo. Durante un episodio de terror nocturno, una persona puede: Comenzar con un grito atemorizante. Los terrores nocturnos son más comunes en los niños de entre 3 y 7 años de edad y mucho menos comunes después de eso.*

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𝑵𝒊𝒏𝒆 𝑴𝒐𝒐𝒏𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora