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El sonido de gotas de agua caer por las viejas tuberías se lograba oír por todo el lugar debido al gran eco que producían.

Gota tras gota.

Rocky despertó de repente, dando un salto en su lugar y abriendo sus ojos en grande. Dio un gran suspiro hacia adentro, levantando la mirada y no recordando donde se encontraba.

El olor a humedad ingresó fuertemente por sus fosas nasales. El ambiente se sentía pesado, haciendo doler un poco los pulmones de Rocky. Trató de moverse, pero sus muñecas se encontraban atadas por detrás de su espalda. Y sus piernas estaban completamente inmovilizadas porque estaba amarrado a una vieja silla.

El suelo estaba levemente inundado, logrando sobrepasar un poco los pies de Rocky e incluso mojando la punta de sus pantalones.

Maldición. Estos eran mis tenis favoritos.

Un golpe metálico se escuchó a lo lejos, haciéndole levantar la mirada y poniéndose en alerta de inmediato. El cuarto en el que estaba se encontraba medio oscuro, pero a su frente había un largo pasillo iluminado al fondo que finalizaba con una curva ante su vista.

Vio una sombra asomarse, haciendo que sus vellos se erizaran. De pronto la silueta de una persona encapuchada apareció, comenzando a caminar hacia él mientras que sus dedos se arrastraban en las paredes.

Rocky comenzó a forcejear sus pies y sus muñecas, tratando de liberarse lo más rápido posible. Quería gritar del miedo que sentía, pero no podía debido a que una cinta estaba pegando sus labios.

Aquella persona convirtió su andar en una carrera, acercándose cada vez más hacia Rocky el cual estaba desesperado. Pero lo único que este último hizo fue cerrar sus ojos fuertemente.

No quería morir. Aún era muy joven como para que eso ocurriera. Ni siquiera había podido cumplir su sueño de subirse a un trampolín con arnés que vio cuando se encontraba viajando junto a Moonbin en uno de los paseos que la universidad organizó.

Lentamente los segundos pasaron, y el goteo de agua continuaba resonando por todo el lugar. La respiración de Rocky era rápida y pesada, ocasionado por el miedo en sus venas. Sus ojos aún se mantenía cerrados.

Lentamente los comenzó a abrir, con algo de temor de lo que se podía encontrar a su frente.

Un escalofrío caliente recorrió su espalda completa haciéndole picar todo el cuerpo. Aquella persona estaba cubierta por un gran saco que llegaba por debajo de los muslos, y apenas se podía ver su rostro por la capucha.

Retrocedió su cabeza al ver su mano comenzó a elevarse con intenciones de tomar su rostro. Pero no logró evitarlo así que cerró los ojos nuevamente.

La persona frente a él tomó el borde de la cinta y la arrancó del tirón.

—¡Auch, idiota!

El contrario lo cacheteó. 

—¿Había necesidad... ? —respondió bajo.

Se oyó un suspiro por parte del contrario. Y entonces llevó las mano a sus laterales de la cabeza y dejó caer hacia atrás la capucha revelando su rostro.

Era Sanha.

Aunque Rocky ni siquiera se acordaba su nombre.

Este le examinó el rostro, abriendo un ojo y entrecerrando el otro. Un tonto pensamiento llegó a la mente de Rocky en el peor momento, así que solo cerró sus labios fuertemente y trató de contener su risa fallando casi.

Sanha enarcó una ceja al ver su reacción. ¿Acaso se quería reír?

—¿Qué tiene de chistos-

𝑵𝒊𝒏𝒆 𝑴𝒐𝒐𝒏𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora