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Rocky respiró hondo intentando tomar el valor suficiente para ingresar a la habitación de su abuelo.

Sus manos estaban temblando un poco por lo que decidió cerrarlas. Lo había ido a visitar más que nada por necesidad que por algo que tenga que ver con cariño. La última vez que conversaron no había terminado bien.

"—Cualquiera puede tener amigos y ser feliz, pero no todos pueden tomar un arma y disparar al enemigo. Yo te crie para que seas un ser humano extraordinario. Así que imagina mi desilusión cuando despierto luego de 5 años y descubro que mi nieto no se atreve a ir al ejército a luchar por su país".

Pero ahora las cosas serían distintas. Había estado conversando con Moonbin sobre la marca y su extremadamente rápida regeneración cuando una llamada del hospital los había interrumpido.

Se trataba de su abuelo el cual al parecer había tenido un desmayo minutos después de salir del hospital. 

—Volviste. —pronunció su abuelo con una expresión molesta en su rostro viendo a Rocky adentrándose en la habitación.

Luego de eso, la puerta de la habitación se cerró, dejando únicamente a aquellas dos personas que se miraban a los ojos. Uno con miedo, y otro con furia.

Lentamente comenzaron a conversar sobre lo sucedido, pero las cosas fueron subiéndose de nivel.

—No estoy seguro de que en verdad no quieras el tratamiento. —comentó Rocky con clara molestia en su tono de voz, mientras se apoyaba en la bandeja que estaba frente a la cama con ambos brazos, y su mirada pegada al del suelo.

—Al parecer lo que yo quiero no importa. —respondió agresivamente desde la silla de la esquina—. Ni siquiera es legalmente obligatorio. Así que mejor di lo que te parezca. ¡Tú estas a cargo!

—¿Y tú crees que... me gusta tomar estas decisiones por ti? —lo miró a los ojos—. ¿Crees que es divertido recibir llamadas de la casa hogar preguntando si planeo darle a la enfermera que te asea cada mañana una propina en navidad? ¡Pero lo hago! Porque has logrado alejar a todas las personas en tu vida. Y yo... soy el único que te queda.

Se apuntó a sí mismo, enfatizando en aquello último. Sus ojos comenzaron a picar y la humedad no tardó en hacerse presente.

—Así que debo ser fuerte y hacerlo. —dijo con la voz rota—. ¿Quieres saber por qué soy tan distraído? ¿Tan... ordinario? —hizo una leve pausa—. ¿Quieres saber qué pasó conmigo? ¡Tú! ¡Tú fuiste lo que me pasó!

—Permíteme rechazar la cirugía.

—¡No!

—¿¡Por qué no!?

—Porque asesinar a mi abuelo... no será otra de las cosas que van a afectar a mi vida. —dicho esto, salió de la habitación con lágrimas en los ojos.


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—¡Lo odio! —exclamó Rocky golpeando aquél tronco con la espada de madera.

—Vamos, concéntrate. —Sanha se encontraba observándolo desde atrás con los brazos cruzados. 

Desde que supo que no podía extraerle la marca a Rocky se ha dedicado a entrenarlo. La única forma sería usando el poder de este pero la cuestión era como liberarlo sin dañar al contrario. La marca poseía una gigantesca cantidad de energía mágica que un humano no podría soportar.

𝑵𝒊𝒏𝒆 𝑴𝒐𝒐𝒏𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora