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—¿Es tarde para decir que no hago ejercicio frecuentemente?

Sanha mantenía con fuerza la mano del contrario que se encontraba corriendo a unos pocos centímetros detrás suyo, tratando de seguirle el paso que no era para nada lento a decir verdad. Rocky sentía que sus piernas se estaban comenzando a cansar poco a poco debido a la falta de ejercicio y sumándole el hecho de que últimamente consumía más calorías de lo normal no facilitaba el hecho de ser veloz.

Los fuertes rugidos de criaturas completamente desconocidas para Rocky se podían oír a varios metros detrás de ellos mientras recorrían aquellos túneles subterráneos de quién sabe que lugar. Las tuberías industriales para vapor ubicadas en las paredes de sus alrededores emitían vapor en gran cantidad haciendo que el lugar sea levemente más caluroso para los chicos.

El agua que pisaban bajo suyo salpicaba con las paredes y una que otra chocaba contra los tubos y se evaporaban al instante.

—¿Se puede saber en donde estamos? —preguntó Rocky mientras trataba de acelerar un poco su corrida para llegar a la par que el contrario.

—Ahora no es momento de hablar, ¿si? Si quieres vivir solo haz lo que yo ordene y te estoy ordenando que corras.

Ambos corrían sin detenerse oyendo como las tuberías comenzaban a resonar detrás de ellos por el fuerte movimiento de el suelo que provocaban aquellas criaturas. Sanha se percató de aquello, sabía que si solo seguían corriendo no iban a llegar muy lejos. Aquellos monstruos eran mucho más veloces que ellos dos y la salida no estaba tan cerca como antes cuando Rocky estaba amarrado.

En su recorrido logró visualizar una puerta azul que tenía una etiqueta que decía "Cuarto de calderas". Llevó a Rocky a esta sin dudar, no olvidando cerrar la puerta de él.

—Wow, aún sigo esperando que me digas en donde estamos. —mencionó Rocky comenzando a avanzar lentamente por el lugar iluminado ahora con una blanquecina luz que Sanha había encendido con el interruptor.

Sanha se colocó a su costado.

—Estamos bajo una fábrica abandonada, no te preocupes por eso. —Rocky abrió los ojos.

—¿F-Fábrica abandonada dices? —vio a Sanha comenzar a caminar por entre las calderas sucias y llenas de moho—. ¿E-Entonces por qué las tuberías estaban calientes?

—¿Qué no es obvio? Al parecer alguien encendió el viejo mecanismo de calderas. Estaba apunto de ir a ver de quién se trataba pero justo te despertaste. —le dio una mirada despectiva—. No te podía dejar solo por si es que intentabas algo estúpido.

—Si... cualquiera en esa situación habría buscado la manera de despegarse de esa silla ¿no crees? —el contrario rodó los ojos—. Y dime... ¿qué son esas cosas que nos están persiguiendo?

Sanha dio un largo suspiro. Al parecer tendría que contarle más de lo que quería al contrario.

—Se hacen llamar Asroths. Son criaturas interdimensional hechas de materia oscura sólida. Son cazadores por excelencia. Son miles de ellos. La mayoría puede llegar a ser del tamaño de un simple árbol, aunque hay ocasiones en las que... pueden llegar a medir 30 metros de alto.

Rocky tragó duro antes de que otro fuerte rugido se escuche cerca de ellos.

—E-Esta bien, entonces, ¿q-que es lo que están haciendo aquí?

Sanha lo miró con su entrecejo fruncido.

—¿Qué no es obvio? Vienen a por ti.

—¿¡A por mí!? —preguntó bastante exaltado.

𝑵𝒊𝒏𝒆 𝑴𝒐𝒐𝒏𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora