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—¿Y entonces... cómo era que te llamabas? —preguntó el pequeño Rocky hacia el contrario que estaba sentado frente a él con piernas cruzadas—. Yo soy Rocky. —se señaló a sí mismo.

—Sanha. Yoon Sanha. —respondió mientras jugaba con sus dos amigas ardillas que subían y bajaban por su cabeza y espalda correteándose una a la otra.

Rocky asintió fijándose directamente en las dos orejas que sobresalían de su cabeza.

—¿Qué son esas? Aún no es Halloween para que te andes disfrazando de hombre lobo. —mencionó mientras de su pequeña mochila sacaba un par de botellas de agua y dos sándwiches.

Desde que se vieron por primera vez, Rocky ha estado viniendo un par de veces al mismo bosque para reencontrarse con Sanha. Hubieron un par de ocasiones en el que nunca se presentó, pero a pesar de eso no se rindió y siguió viniendo a este lugar.

Ambos se hicieron amigos, o algo parecido. Pasando las tardes en completo silencio mientras comían de los bocadillos que Rocky traía.

Sanha salía de los arbustos de forma tímida y comía de los bocadillos escondido detrás del árbol bajo la mirada de Rocky el cual solo sonreía por lo tierno que se veía. Poco a poco fue tomando más confianza, al punto de sentarse a su costado y comer con tranquilidad. Sabía que estaba haciendo muy mal al estar involucrándose con un humano, pero a decir verdad le caía bien.

—¿Estos? —tomó sus propias orejas—. No es un disfraz. Son mis orejas reales. Aún no sé como ocultarlas por unas de humano. Tengo que aprender. —bufó—. ¿Quieres tocar?

Rocky asintió, gateando un poco y tocando las orejas peludas de Sanha que se movían ante su tacto.

—¡Wow! Son reales. —dijo sorprendido viendo como estas realmente nacían desde la cabeza de Sanha—. ¿Qué eres? ¿Un hombre lobo?

El contrario negó con rapidez.

—No. Soy mucho mejor que eso. Soy un Pryrus. —dijo sonriente levantando el pecho.

—¿Un qué?

Sanha bufó.

—Los Pryrus somos como los lobos, pero mágicos.

—Siguen siendo lobos.

—¡Que no!

—¡Que sí!

Ambos niños comenzaron a discutir tontamente por darle la razón al otro. Luego de eso y al ver que su pelea no llevaría a nada Rocky decidió atacar con cosquillas al contrario tirándose encima de él.

—¡Basta, basta, me voy a orinar! —exclamó Sanha abrazándose el estómago.

—Entonces acepta que ustedes son lobos.

—¡Está bien, está bien, tú ganas! —se rindió con tal de que el otro detuviera las cosquillas. Definitivamente su vejiga no aguantaría un poco más.

Rocky se limitó a reír y sentarse a un lado del contrario dejándolo por fin respirar. Ambos se miraron por un momento y sonrieron.

—¿Quieres ver algo cool? —susurró Sanha por alguna extraña razón.

El contrario ladeó la cabeza algo confundido pero al final terminó aceptando. Sanha se colocó de pie y lo tomó de la mano llevándolo más profundo hacia el bosque.

—Mira. En mi especie existen categorías, y entre ellas están los Alfas. ¡Yo seré uno en el futuro! Mi padre, mi abuelo y bisabuelo fueron Alfas de mi manada. Venimos de un linaje proveniente del Alfa supremo.

—¿Alfa supremo?

—¡Sí! ¡Era un Pryrus súper súper poderoso! —dijo emocionado deteniéndose en un gran árbol—. Poseía una marca que se ha pasado durante generaciones en mi familia y mi padre me la entregó hace poco. Solo podré obtener su poder en la ceremonia que no sé cuando será. —sonrió mientras que sacaba sus pequeñas garras llenas de magia y las colocaba en el árbol junto con su palma—. Estuve jugando un poco con ella, y sin querer me la traje hasta aquí. —rio nervioso—. ¡Pero es mejor! Así podré enseñártela.

𝑵𝒊𝒏𝒆 𝑴𝒐𝒐𝒏𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora