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—¿¡Pero qué carajos haces aquí!? 

—¿Qué no es obvio? Ahora estudiaré con ustedes. —dijo Sanha con simpleza mientras colocaba sus pies por encima de la mesa circular del comedor.

¿Cómo cuándo qué?

Moonbin y Rocky se miraron con un rostro de clara confusión. Últimamente habían estado descuidando la universidad por esas cosas mágicas y los monstruos, así que decidieron tomar un par de clases extra para poder alcanzar a sus demás compañeros.

—Pero tú no perteneces a este lugar. Si un profesor te ve te echará a la primera.

—Eso no será necesario... —Sanha se cruzó de brazos viendo a sus alrededores como la gente lo veía con curiosidad—. Hablé personalmente con el director. —sonrió ladino.

—El director, no los demás maest-

—¡Sanha, ya terminé! —una voz reconocida para los chicos llegó a sus oídos sorprendiéndolos.

Ambos dieron media vuelta desde sus asientos y dejaron caer su mandíbula al ver como Nunu se acercaba a ellos sonriente con una hoja en mano mientras los saludaba de forma entusiasta.

—Ya "convencí" a todos los profesores de esta lista que me diste. —le entregó la hoja una vez llegó—. Y el director nos dio el horario. Este es el de Rocky y este es el de Moonbin. —el primero lo entregó, y se quedó con el segundo por obvias razones.

—Gracias. —lo examinó unos cuantos segundos los cuales bastaron para que se lo aprendiera de memoria. Luego lo hizo una bola y lo lanzó hacia atras cayendo en el almuerzo de uno de los alumnos.

—¿Tú... también? —susurró Moonbin sin dejar de mirarlo y con la mandíbula caída.

—Yup.

Rocky sacudió su cabeza.

—En cualquier caso, no pueden estar aquí. Sanha, eres como un imán de desastres. Si estas aquí es posible que una de esas criaturas ataque el lugar. —comentó en voz baja.

—El imán eres tú, no yo. —recalcó—. Si, es verdad que los Asrothz y mi especie tenemos cierta rivalidad, pero para ellos es mucho más importante conseguir esa marca en tu espalda que perseguir a un "simple" lobito como yo.

—Lo que él dijo. —mencionó Nunu mientras ocultaba su rostro en el cuello de Moonbin y lo abrazaba desde su sitio al lado de él.

Este último estaba algo avergonzado a decir verdad, y sus mejillas algo sonrojadas lo delataban. No estaba acostumbrado a recibir este tipo de afecto, y mucho menos en publico.

Aparte, ambos eran hombres. ¿No era algo raro? Siempre se considero bisexual pero coqueteaba más que nada con chicas, aunque ninguna de ellas le hacia caso. Era virgen a los 24, patético.

El timbre sonó, haciendo que todos los estudiantes de la cafetería se levantasen y fueran directo a sus salones, entre ellos, Moonbin y Rocky los cuales eran seguidos por sus acompañantes. Uno con cara de muerto y otro sonriendo a más no poder. Adivinen quién es quién.

Llegó un punto en el que ambos chicos se separaron. Rocky y Sanha entraron al salón correspondiente recibiendo un par de miradas de algunos compañeros.

—¿Qué es lo que normalmente se hace en una universidad? —preguntó Sanha mientras se sentaba detrás de Rocky en una de las sillas del fondo.

—Estudiar, estudiar, y estudiar.

—Aburrido. —puso sus pies encima del pupitre y tiró su cabeza hacia atrás.

El profesor llegó y todos los alumnos, excepto Sanha, lo saludaron. Y así comenzó la clase. Una en la que Rocky intentaba prestar atención sobre anatomía humana, pero que le era imposible a causa del que se encontraba detrás suyo.

𝑵𝒊𝒏𝒆 𝑴𝒐𝒐𝒏𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora