What if? 2°

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A veces Rodolphus olvidaba el hecho de que después de la llegada de su hija, las habitaciones de su casa habían sido silenciadas.

Situación que había recordado al ingresar a la biblioteca.

Cuando había puesto un pie en la habitación, pasó de un silencio sepulcral a un llanto que le perforaba los tímpanos. Aunque eso no era lo más sorprendente, ya que parecía que un ciclón ocurría dentro.

Varios libros y diferentes objetos giraban a gran velocidad alrededor de una llorosa Lyra sentada en el suelo con una pequeña herida en la rodilla de donde se originaba un minúsculo hilo de sangre.

Magia accidental en su máximo esplendor.

Al darse cuenta del intruso, todos los objetos terminaron en el suelo de mármol.

Conforme el castaño se acercaba, notó como la mirada desde el piso pasó de tristeza a miedo.

Lyra intentaba secarse las lágrimas con sus pequeñas manos.

Antes de que pudiera decirle algo, escuchó —Perdón —la niña se sorbió la nariz — Fersevi dice que no debo hacer ruido si estás en casa.

Aún mantenía esa mirada.

Como invocado al escuchar su nombre, el elfo apareció en el ambiente. Sus ojos del recién llegado se hicieron aún más grandes al ver el alboroto, sujetó una lámpara cercana a sus pies y comenzó a golpearse con ella —¡Fersevi malo! ¡Fersevi no debió dejar a la ama sola!

—Fersevi no te castigues —dijo la niña.

—¡Fersevi debe ser castigado, ama Lyra! ¡Malo! ¡Malo! ¡Malo!

—¡Suficiente! —ordenó Rodolphus al ver la expresión de su hija —No vuelvas a castigarte frente a ella y limpia este desastre.

—¡Sí, como ordene amo! ¡Gracias, gracias por ser tan misericordioso!

La niña miró al elfo esperando que la ayude con su herida.

Cuando Rodolphus se acercó más a ella, su mirada de miedo regresó.

Esa expresión, la había visto antes y no hablaba de sus acciones para el Señor Tenebroso.

Ese terror sobre lo que podía pasar cuando pensabas que habías hecho algo incorrecto, lo había visto en esa misma casa.

Descartó algunas escenas de su mente.

Aunque si recordó como había terminado todo.

...

— Pensé que te tardarías más.

—No estaba muy lejos de Londres —Rabastan hizo una pausa y su tono se volvió más sarcástico — y como siempre tus mensajes estuvieron llenos de información.

—Era algo importante, ¿qué más querías?

—Ciertamente algo más que: "Es importante, ven en cuanto recibas esto."

—Tengo algo que mostrarte, sígueme —dijo sin darle más importancia mientras se dirigía a las escaleras.

—¿Quién diría que el matrimonio te sentaría tan bien? Ah si, yo.

El castaño no respondió.

Cuando él mayor se detuvo frente a una gran puerta de roble, el rubio volvió a hablar, mientras jugaba con su varita —Si él te hizo llamarme para decirme que se encargó de conseguirme una insoportable esposa, esto no va a terminar bien.

—No seas un niño y entra.

—Esperaba traición hasta de mi sombra, pero no de ti.

Los hermanos ingresaron a la habitación en penumbras.

Un hombre permanecía en la cama con una postura extraña.

Rabastan iluminó la punta de su varita y la acercó al hombre.

Comenzó a reír.

—¿En verdad está muerto?

—¿Tuviste algo que ver?

—No negaré que me hubiera gustado, y que tenía varias ideas interesantes.

—Tenía que asegurarme.

—¿Y por qué no estamos celebrando?

—Porque no sé qué pasó.

—Pregúntale al elfo que no se separaba de él.

—También está muerto, ya le ordené a otro que se encargue del cuerpo.

—Tal vez su veneno los consumió a los dos, o tal vez lo hizo mi ahora queridísima cuñada.

—No lo sé, pero puede que ya sea el momento de celebrar.

—Ese es mi hermano.

...

—¿Quieres ir afuera conmigo?

Lyra parpadeó un par de veces preguntándose si había escuchado bien —¿Quieres jugar conmigo?

—Si te olvidas de tu herida y te levantas por ti misma, podemos jugar un poco.

La niña meditó, moviendo sus ojos entre su padre y su rodilla.

Se levantó, sacudió un poco su ropa y le sonrió. Se acercó al hombre, tomó su mano y afirmó —Tengo nuevos juguetes, tía Cissy me trajo muchos ayer.

Rodolphus se sorprendió un poco por el contacto —¿Ella hizo eso?

—Siempre dice que solo debo decirle lo que quiero y me lo dará —dio un respingo y se llevó las manos a la boca —no tenía que decirte eso.

—Está bien, si podías contármelo.

—¿No estoy en problemas?

—No.

—Bien —afirmó para volver a tomar su mano.

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Este mini capítulo tuvo que tener una parte adicional, pero mi país (Perú) vuelve a entrar en cuarentena y los planes cambiaron.

No quería dejarlas sin nada esta semana, espero que les haya gustado.

Gracias por su apoyo en esta sección.

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Nos leemos pronto

Malfoy y LestrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora