Malfoy y Lestrange

Se dice

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Ropa y libros volaban con gracia por la habitación de Draco Malfoy para ser acomodados en un baúl sobre su cama.

Lyra miró el contenido con los brazos cruzados —No te quedó muy ordenado.

—Si crees que puedes hacerlo mejor, hazlo tú.

—¿Me viste cara de elfo?

—No quieres que te responda eso —se burló el platinado.

—Deberías verte a un espejo, porque estoy comenzando a pensar que eres parte troll.

—Lo mío fue mejor.

—Li miu fui mijor.

—¿Seguirás enojada conmigo? Ya dejó de ser divertido.

—No es mi culpa, tú le dijiste a mamá sobre lo mío con Theo.

—Yo solo hice que te preguntara, tú tenías que hacerlo.

—¡Eres un idiota!

—No sabía que la niña perfecta le ocultaba cosas a mamá.

—Como si tú le contaras todo.

—Pero yo no soy tú. No me la paso reclamando honestidad.

—Aún no estoy lista para decírselo, ¿feliz?

—¿Tienes miedo a que te de la charla? —preguntó con sorna.

La chica hizo que una almohada lo golpee con violencia en la cara.

Draco se arregló el cabello y la miró con superioridad —Tú te lo buscaste, ustedes y su romanticismo me tienen harto.

—Ni siquiera nos hemos besado frente a ti.

—Eso sería demasiado.

—¡Por Merlín, Draco! ¡Solo nos has visto de la mano!

—¿Te parece poco?

La muchacha rodó los ojos —Ni yo entiendo porque vine a ayudarte.

—No has hecho mucho que digamos.

—Tienes razón —tras un movimiento de varita, Lyra hizo que el baúl botara su contenido —Ahora puedes hacerlo bien.

—Te lo dejaré pasar, solo porque nos pone a mano.

—No estamos ni cerca.

—Tienes 2 semanas para superarlo. Estoy seguro de que podrás quejarte de mí lo suficiente con Theo.

—Él también se irá a su casa por las fiestas.

—No me esperaba eso.

Lyra sonrió con suficiencia —Dijo que se quedaría si se lo pedía.

—¿Y no te aprovechaste? ¿Éstas enferma?

—Podría llamar demasiado la atención y su relación con su papá ya es bastante tensa.

—Vas a aburrirte mucho.

—Practicaré hechizos no verbales y aprovecharé para dormir, sobreviviré.

—Si eso crees —volvió a hacer el hechizo y cerró el baúl de un golpe —Ya es hora de irme.

—Abraza a papá y a mamá por mí.

El platinado asintió.

—Mantenme informada y no entres a mi cuarto.

—¿Alguna otra exigencia?