What if? 5°

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What if? 5°

No sólo estaba enojada, apenas podía reprimir su ira.

Daba vueltas por su habitación como un animal enjaulado ante la atenta mirada del crup sobre su cama.

La escena se repetía en su cabeza, logrando solo irritarla aún más.

Había regresado a casa, estaba nerviosa, por fin podría conocer a su madre.

Respiró lentamente para darse ánimos antes de entrar en la estancia donde Fersevi le había dicho que se encontraban el resto de sus amos.

Se quedó en la entrada, escuchando el inicio de una conversación, para nada amable, donde su padre explicaba que el Señor Tenebroso lo había perdonado completamente por su desliz gracias a las influencias que él y su cuñado habían ganado en el Ministerio.

Tras el reclamo de una mujer y un comentario sarcástico de otra voz masculina, su padre afirmó que, a pesar de todo, su fidelidad y su compromiso para con el Señor Tenebroso eran aún mayores que antes.

La sangre le había hervido en las venas, hacía algunas horas él le había prometido que pensaría sobre su fidelidad con el lado tenebroso y ahora afirmaba que estaba más comprometido que antes.

—¡Entonces me mentiste! —le había increpado al entrar en el comedor.

—Lyra, por hoy será mejor que te quedes en tu habitación —fue la única respuesta que obtuvo.

—Como ordene, señor.

Estaba verdaderamente indignada y hambrienta, ya que, se había perdido también la cena.

Rodolphus Lestrange nunca le había mentido, prefería decirle que en un futuro hablarían del tema a no contarle la verdad.

Tiró la puerta con violencia e hizo una serie de encantamientos para evitar que cualquier intruso pudiera entrar.

Los que creyó invencibles hasta que su padre apareció en medio del lugar.

—Puntos extra por los buenos hechizos.

—Este es mi cuarto.

—Está es mi casa.

—Pensé que era nuestra casa.

—¿Es posible que no entiendas que lo que hiciste no fue lo correcto?

—Tú eres él que me mintió.

—Estaba protegiéndote.

—Puedo cuidarme sola.

—No, no puedes. El mundo va a cambiar y no estoy convencido de que estés preparada para lo que se viene.

— Entonces, deberías enojarte contigo mismo. Tú me criaste.

—Necesito que entiendas que, es necesario que haga algunas cosas para mantenerte a salvo.

—¡No quiero que termines en Azkaban!

El hombre no respondió.

—Perdí a mi madre en Azkaban y tu perdiste a un hermano.

—Por ahora no lo creo posible.

—No quiero que suceda.

—Tampoco está en mis planes.

—Eso no me tranquiliza.

El castaño hizo una pausa —Sobre mi compromiso para con el Señor Tenebroso, está mi deber contigo. Haré lo que tenga que hacer para que estés segura y eso no estará a discusión. Tu eres mi familia.

Malfoy y LestrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora