Malfoy y Lestrange

Protege tu mente

Protege tu mente

Al ingresar en la sala se encontró con que todos los muebles, salvo por algunas sillas, habían sido apegados a la pared.

—Siéntate —le indicó su progenitor.

—¿Me escuchaste cuando dije que tu entrenamiento comenzaría hoy?

—Intento ignorarte, pero es difícil.

Tras un bufido el rubio argumentó —¿Y por qué estás vestida así? Se nota que te educó Narcissa, solo así se te pudo ocurrir venir con un vestido.

—¡Es bonito y cómodo!

—Paren los dos, no hagamos el día más largo de lo necesario.

—Bien —respondieron al unísono.

—Antes de iniciar, necesitamos saber algunas cosas. Lucius mencionó algunas de tus habilidades, pero tenemos que saber en qué enfocarnos.

—Yo quiero saber, si tienes otro talento que no incluya ser una niña mimada —cuando la chica lo miró retadoramente, él agregó divertido —Mira Rodolphus, ella heredó esa mirada tuya que siempre he odiado.

El castaño ignoró lo dicho por su hermano y afirmó —Se supone que ya hiciste los TIMOs ¿Cuáles aprobaste?

—Los de las clases que me parecieron útiles: defensa contra las artes oscuras, pociones, transformaciones, astronomía y encantamientos.

—¿Y los electivos?

—Runas antiguas y aritmancia. Se supone que llevaría alquimia este año, pero debo esperar a que más personas se interesen para que den la clase.

—Que aburrido —afirmó Rabastan —Romperé tu burbuja, nada de eso te servirá.

—Entonces solo me queda clavarte mi varita en el ojo para defenderme.

—Tampoco tienes habilidades cómicas.

—¿Quién estaba bromeando?

El castaño rodó los ojos —¿Qué te enseñó Lucius?

—Algunos hechizos, a mi mamá no le gustaba que lo hiciera, así que eran cosas que no llamaran la atención en la casa.

—¿Algo más que debamos saber?

La muchacha reflexiono unos segundos antes de decir —Cuando se hizo popular que Potter podía hacer un patronus Draco y yo lo intentamos. Yo logré uno incorpóreo y me di el gusto de poder presumírselo.

—Eso tampoco nos sirve. Trabajamos con los dementores, no nos enfrentamos a ellos.

—Tal vez solo elegiste el recuerdo equivocado.

Lyra les mostró una cicatriz a la altura de la rodilla —Pensaba en el día que Draco me hizo esto, yo tenía unos 5 años. Para sentirse mejor me ha repetido mil veces que parece un unicornio.

—¿Quién lo diría? Tu hija está más trastornada que nosotros

—No es así. Mamá asegura que nos llevábamos bien, pero recuerdo que él me rechazaba, era muy celoso y posesivo con sus cosas. Él ya estaba aprendiendo a volar y yo también quería hacerlo. Un día, tomé su escoba y lo intenté, él me vio y me botó de ella, así me rompió la muñeca y me dejó la cicatriz. Papá lo castigó y mamá me castigó a mí. En ese entonces le tenía miedo a los rayos, Draco lo sabía, esa noche hubo una tormenta, así que fue a mi habitación y se quedó conmigo, dijo algo sobre que no tenía que ser amable conmigo porque yo era su hermana y no su amiga, fue la primera vez que él me llamó así. Peleamos, pero siempre ha intentado cuidarme a su modo —. Suspiró y sin esperar reacción, agregó —¿Van a enseñarme algo o solo nos pondremos a contar historias familiares?